Juicio a la corrupción en las empresas alemanas
Una ristra de procesos judiciales contra altos cargos de grandes consorcios convulsiona Alemania, un país tradicionalmente preocupado por la moral empresarial
Helmut Lieber, presidente del Tribunal de Primera Instancia de Múnich, dictó el martes una sentencia histórica. Por primera vez, un juez condenaba al ex presidente -no sólo de un banco, sino del primer banco del país- a compensar a una compañía por los daños ocasionados tras una violación del secreto profesional. El magistrado determinó que Deutsche Bank y su ex máximo responsable, Rolf Breuer, deberán indemnizar con una cantidad aún no determinada al insolvente grupo de comunicación Kirch. Según Lieber, unas declaraciones de Breuer en febrero de 2002 en las que ponía en duda la solvencia del grupo cerraron las puertas a nuevos créditos al consorcio. Los abogados de Kirch aseguraron que aquello fue 'el tiro de gracia' y reclaman el pago de 100 millones de euros.
En el Deutsche Bank llueve sobre mojado. A principios de esta semana la Fiscalía de Düsseldorf acusaba a Josef Ackermann, actual presidente del banco, y a otros cinco altos directivos alemanes de haber recibido o autorizado el pago de indemnizaciones ilegales en la compra de la telefónica Mannesmann por parte de Vodafone hace tres años. Entre los acusados, están varios ex altos cargos de Mannesmann y el presidente de IG Metall, uno de los principales sindicatos del país.
Pero estos no son los únicos altos directivos que se enfrentarán a la justicia alemana en los próximos meses. Los hermanos Haffa, de la productora EM.TV, el fundador de Mobilcom, Gerhard Schimd, y varios directivos de Deutsche Telekom se las verán ante la justicia acusados de distintos delitos. Alemania, un país tradicionalmente preocupado por la moral empresarial y con un nivel de corrupción relativamente bajo, asiste consternada a esta ola de escándalos, que se unen a la crisis económica y al elevado número de quiebras de empresas.
Desconfianza
Los expertos consideran que casos como el de Deutsche Bank tendrán un impacto negativo para la confianza en el sector financiero alemán. Wolfgang Gerke, profesor de la Universidad de Nürnberg especializado en el sector bancario, afirmó que 'en un momento en que lo que hay que lograr es elevar la confianza, algo así resulta especialmente problemático', afirmó. Por otra parte, Reinhild Keite, directora de la Asociación Protectora de Pequeños Accionistas, dijo que la actuación de Breuer 'no sólo perjudica al banco, sino a Alemania como centro financiero'.
Esta asociación ha pedido la dimisión del banquero. Breuer no sólo preside el consejo de administración de Deutsche Bank, sino que es el máximo responsable de la Asociación de la Banca Alemana. Su indiscreción sobre el grupo Kirch no ha sido su única intervención polémica: el directivo alemán también ocupó grandes titulares cuando a finales del pasado año aseguró que la banca alemana no estaba en condiciones de transmitir a sus clientes la última bajada de los tipos de interés del BCE. La Asociación de la Banca Alemana cierra por el momento filas en torno a su gestor'.
Thomas y Florian Haffa, ex presidente y ex director financiero de la productora EM.TV, se sientan también en el banquillo acusados de haber ocultado la situación financiera de la compañía para elevar artificialmente el valor de sus acciones. El proceso, que se inició en noviembre, es seguido con gran interés no sólo por los numerosos accionistas presuntamente engañados, sino también porque se considera el paradigma de la ola de escándalos contables que han afectado a Neuer Markt, el mercado de empresas tecnológicas. EM.TV fue una de las primeras compañías que cotizaron en este índice y sus títulos llegaron a los 115 euros. Hoy apenas superan los 90 céntimos. Aunque los hermanos Haffa se enfrentan a penas de prisión, algunos expertos creen que los últimos cambios legales podrían favorecerles. Según la antigua ley, la mera intención de alterar artificialmente el valor de las acciones es un delito, con la nueva es necesario probar que realmente se consiguió cambiar la cotización. La sentencia se espera para finales de este mes.
El que aún deberá tener paciencia es Ron Sommer, ex presidente de Deutsche Telekom. Sommer y el ex director financiero de la firma, Koachim Kröske, afrontan un proceso por la presunta sobrevaloración en 2.500 millones de los activos inmobiliarios del grupo. En 2001, el primer grupo de telecomunicaciones europeo tuvo que revisar a la baja el valor de esos activos, con el consiguiente daño para las acciones. Sommer, que abandonó Deutsche Telekom en julio, se enfrenta además a una querella por prevaricación, presentada por un despacho de abogados de Stuttgart que le acusan de irregularidades en un plan de opciones sobre acciones para directivos de Deutsche Telekom por 1.000 millones.
El rey del Neuer Markt
Pero uno de los casos más llamativos es el de Gerhard Schmid, fundador y ex presidente del operador de telefonía Mobilcom. Schmid lanzó su pequeña compañía al Neuer Markt en 1997 y, en cuatro años, el valor de sus acciones se multiplicó por 120. Schmid, propietario de un 42% de los títulos, entró en el club de los 100 alemanes más ricos.
En agosto de 2000, Mobilcom ganó una de las ocho licencias de UMTS subastadas por el Gobierno, por la que pagó más de 8.000 millones. Poco a poco, las deudas aumentaron y los bancos le fueron retirando el apoyo. Cuando France Télécom anunció que abandonaba a la firma germana, la situación se volvió insostenible. Mobilcom, que tiene 5.500 empleados, ha logrado evitar la insolvencia, pero la deuda supera los 4.000 millones, ha tenido que renunciar al proyecto de UMTS y tendrá que recortar su plantilla. Mientras, Schmid se ha declarado insolvente y ha puesto su patrimonio personal en manos de un administrador. Además, se enfrenta a un proceso por fraude acusado de haber dado a su esposa 71 millones de la caja de la empresa para comprar acciones de Mobilcom.