Los precios industriales en EE UU registran la mayor subida en 13 años
La única buena noticia económica ayer en EE UU es que se alejan los riesgos de deflación que algunos analistas dicen ver. En un contexto de conflicto con Irak, el incremento del valor del crudo, entre otras cosas, ha forzado una subida de los precios pagados a los productores del 1,6%, el mayor alza desde 1990. También ayer se supo que el déficit comercial fue récord en 2002 y que los empresarios siguen pesimistas.
El efecto del jarro de agua fría lanzado por el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, sobre el plan de estímulo fiscal preparado por la Casa Blanca no ha durado mucho. Ayer, el presidente George Bush volvió a defenderlo en Georgia en un día en el que los datos estadísticos sobre la marcha de la economía arrojaban importantes dudas sobre su evolución. Por un lado, los precios pagados a los productores se dispararon un 1,6% en enero, una subida sólo comparable a la del mismo mes de 1990.
Es la incertidumbre del mercado del petróleo afectado por problemas que no dejan de complicarse en Venezuela, Nigeria y, desde luego, el riesgo de una guerra en Irak que ya se está pagando, lo que ha disparado el precio del petróleo. En concreto, los precios de la energía subieron un 4,8% y la gasolina, un 13,7%, mientras que el barril de crudo se pagaba ese mes de media a 33 dólares.
Incentivos a la baja
Excluyendo los alimentos y la energía, los precios crecieron un 0,9%, cuando en diciembre habían caído un 0,5%. Excluidas además las ventas de los coches nuevos, el porcentaje queda en el 0,3% por la rebaja de los incentivos. El sector de la automoción es uno de los que se ha librado de una hipotética crisis de demanda hasta ahora, gracias a los beneficiosos planes de financiación que han rebajado precios a costa de sus márgenes.
Los analistas han recibido la noticia con sorpresa, pero lo han calificado como una cuestión coyuntural que no va a desatar presiones inflacionistas. Greenspan, ante el Congreso, dijo la semana pasada que no ve ese riesgo.
Lo que más pesimistas tiene a los expertos es el aumento del déficit comercial. En diciembre éste fue de 44.200 millones, principalmente porque, a pesar de la depreciación del dólar y las expectativas generadas al respecto, los americanos siguen comprando coches alemanes y japoneses de importación y otros productos, mientras sus exportaciones no mantienen el crecimiento. Para todo el año, la cifra de déficit llega a alcanzar los 435.200 millones de dólares, la mayor de la historia. El récord anterior se había registrado en 2000, cuando alcanzó un déficit de 378.700 millones de dólares.
Este agujero va a complicar la situación del déficit por cuenta corriente en un momento delicado, ya que el dólar sigue depreciándose y la Bolsa extrema la volatilidad. La atracción de inversión externa para contener el déficit se complica.
La tercera mala noticia vino ayer de nuevo del Departamento de Trabajo al conocerse que vuelve a sobrepasar la barrera de los 400.000 (por 2.000) la cifra de parados que solicitan cobertura de desempleo.
La cuestión del desempleo tiene por ahora difícil solución, ya que los encargados de que se enderece la situación, los empresarios, mantienen el pesimismo de 2002 con vistas a este año.
Y es que coincidiendo con la reunión de presidentes y consejeros delegados de empresas en Boca Ratón (Florida), ayer el Business Council (un grupo de líderes de compañías cotizadas) hizo público un estudio en el que se refleja que la mayoría de los ejecutivos entrevistados creen que el crecimiento en 2003 será similar o menor que el del año pasado. Todo un revés cuando en 2002 se calificaba este año como de transición a la recuperación.
El 43% de los altos ejecutivos entrevistados dijo que no tiene plan de incrementar sus inversiones y sólo el 9% prevé volver a aumentar plantilla.