Cañete investiga las causas de la fuerte subida en los precios de los alimentos
La falla que separa el precio que los agricultores perciben por las frutas y hortalizas que cultivan y el que pagan los consumidores en tiendas y supermercados crece sin que nadie -productores, distribuidores y Administración- sea capaz de explicar las causas.
Mes tras mes, los agricultores contemplan atónitos cómo el índice de precios de consumo (IPC), la estadística del INE que recoge los precios en destino de los productos de consumo, refleja aumentos de dos dígitos en el precio de las verduras, mientras ellos asisten 'a una de las campañas más duras que se recuerdan, con caídas de los precios de hasta el 35%', se queja Juan Colomina, gerente de Coexphal, la principal asociación de productores y exportadores de Almería. El buen tiempo ha disparado la cosecha y parece que de nada ha servido el acuerdo de la Mesa Hortofrutícola de prohibir la comercialización de productos de categoría segunda. Almería produce el 11% de las frutas y hortalizas que se cultivan en España.
Que las judías verdes se estén vendiendo en algunas fruterías a 12 euros el kilo, y en la mayoría a 6, igual que los calabacines, o que el kilo de tomates cueste 5 euros cuando el agricultor percibe por esos mismos alimentos 2 y 3 euros implica que alguien, algún eslabón de la cadena de distribución, se queda con la diferencia.
Todas las fuentes apuntan en la misma dirección. La encuesta de precios de los alimentos que el Ministerio de Economía publica desde hace tres meses demuestra que las judías verdes subieron en enero un 9,31% y los pimientos, un 3,9%, y aunque el precio de los tomates para ensalada cayó casi un 2%, en el último año ha aumentado un 17,48%.
La magnitud del problema lo convirtió en protagonista de la última reunión del Observatorio de Precios del Ministerio de Agricultura, a la que asistieron representantes de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged) y de la Asociación de Supermercados (Asedas), así como directivos de Carrefour, Alcampo y El Corte Inglés y los miembros de la Mesa Hortofrutícola de Almería, donde participan sindicatos agrarios, alhondiguistas y productores.
La directora general de Alimentación, Begoña Nieto, y Carlos Aranda, subdirector de esta dirección general, actuaron como intermediarios de un encuentro que tenía por objeto explicar 'la paradoja del incremento de precios para el consumidor, mientras que en origen los precios de los productos caen', como recoge textualmente el acta de la reunión. Curiosamente no asistió ningún representante de los establecimientos detallistas.
Los márgenes comerciales de este sector son especialmente significativos, pero no exclusivos, y se extienden a los productos ganaderos, como puede apreciarse en los gráficos que acompañan esta información, que muestran cómo la caída continuada de los precios percibidos por los agricultores no tiene reflejo en el IPC.
Un portavoz de Anged, la asociación nacional de grandes empresas de distribución, asegura que es difícil responsabilizar del problema a sus asociados 'porque ellos tan sólo representan el 11% de los puntos de venta y su margen ronda el 15%', pero Colomina insiste en que 'alguien se queda con la diferencia' y recuerda que la situación de los almerienses se agrava por el hecho de que se haya decidido hacer coincidir las concesiones a Marruecos con las fechas de producción de esta región.
En la reunión del Observatorio, la gran distribución se comprometió a aportar datos 'para intentar clarificar la formación de los precios y conocer las razones del incremento tan importante del IPC en hortalizas, cuando en origen éstos han disminuido' y se fijó una nueva cita para este mismo mes.
El IPC, en entredicho
Los agricultores y los distribuidores concluyeron que sería conveniente que en ella participara algún representante del Instituto Nacional de Estadística, pues en lo que si parecen estar de acuerdo unos y otros es en considerar que la toma de precios del INE 'debe reflejar alguna anomalía', en palabras del portavoz de Anged. Esta acusación no es nueva y también ha sido utilizada por los hoteleros para excusarse por la subida de los precios en el sector turístico.
Las grandes empresas de distribución han pedido también una reunión con el Ministerio de Economía con el fin de aportar las pruebas que demuestren que no son sus márgenes los responsables del encarecimiento de la cesta de la compra, pero el departamento que dirige Rodrigo Rato todavía no ha dado respuesta a su solicitud. Agricultura prefiere guardar silencio 'ante la imposibilidad de intervenir precios'.