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Lealtad, 1

EE UU y las estadísticas de Babel

Cuatro días después de haber sido publicadas las cifras de desempleo de Estados Unidos son muy pocos los estudiosos que las han comprendido. El Departamento de Trabajo sacó 50.000 empleos de aquí; revisó los del mes pasado; alteró la tabla de cálculo con esta revisión y bajó la cifra de empleo a pesar de la creación registrada.

El circo de las estadísticas de Estados Unidos está cada vez más poblado. Abundan los juegos malabares y los funambulistas se exhiben por todas partes. Con frecuencia se tratan de construir torres que lleguen al cielo, que es lo mismo que decir que la Administración de Bush sigue empeñada en dibujar un futuro exultante. Algo así como la torre bíblica de Babel.

El abuso de las correcciones de cifras anteriores alcanza en los últimos años cotas alarmantes, hasta el punto de que datos preliminares (generalmente en Estados Unidos las estadísticas ofrecen dos cifras preliminares y una definitiva) no se parecen en nada a los que finalmente se dan por buenos.

Tanta es la confusión, que las cifras de empleo publicadas el viernes fueron ninguneadas por el mercado, algo insólito. Esta es, desde siempre, una de las grandes referencias que mueven Wall Street, por sus implicaciones en el entramado económico y de consumo y sus proyecciones sobre los tipos de interés. Hay quien dice que en esta ocasión los estadistas han ido demasiado lejos en el quita y pon y en las correcciones, y de ahí el impacto nulo en los mercados de acciones.

Aconsejan los expertos, así, analizar con detenimiento los datos preliminares y, lo que es más importante, no dejarse llevar por las emociones que éstos procuran. Desde el estallido de la burbuja tecnológica en marzo de 2000, quienes han corrido detrás de las cifras han contabilizado más quebrantos que alegrías en sus carteras de inversión.

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