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Coyuntura

La crisis de la aviación comercial pasa factura a los grandes constructores

La situación es aún, si cabe, más preocupante debido a que el sector espera un recrudecimiento de la situación del sector, una vez que se produzca un previsible ataque de Estados Unidos a Irak. El conflicto traerá de la mano un encarecimiento del petróleo y enorme cautela ante la posibilidad de nuevos atentados terroristas, con lo que la demanda del sector aéreo se resentirá inevitablemente.

Aun así, ayer el constructor aeronáutico europeo EADS desplegó un gran optimismo al desvelar sus cifras de cierre del ejercicio pasado. La compañía propietaria de Airbus, que prevé construir una nueva planta en Sevilla -en donde ensamblará el nuevo avión de transporte militar europeo A400M- aseguró haber logrado su objetivo de ingresos para 2002, 'gracias a una acertada dirección en unas desafiantes condiciones de mercado'. EADS ingresó el pasado ejercicio 29.900 millones de euros, frente a 30.800 millones en 2001, y confirmó haber superado su objetivo de ebitda, situado en 1.400 millones de euros, 'por un pequeño margen'. Su volumen de pedidos recibidos cayó un 49%.

Los consejeros delegados de EADS, Philippe Camus y Rainer Hertrich, reconocieron ayer que '2002 ha sido un año difícil, pero EADS ha cumplido o superado todos sus objetivos financieros'. En su opinión, las cifras son una prueba convincente del éxito de los esfuerzos que realiza EADS para asegurar la capacidad de adaptación de la mayoría de nuestras actividades. 'Habiendo emprendido ya nuevas actuaciones de reestructuración y recorte de gastos, estamos comprometidos con mantener unos márgenes saludables', señalaron.

Su filial Airbus registró unos ingresos de 19.512 millones en 2002, lo que representa un descenso del 5% respecto a 2001, año en el que los ingresos se elevaron a 20.549 millones. Recibió un total de 233 pedidos netos de aviones comerciales, incluyendo los 120 encargados por la aerolínea de bajo coste Easyjet, frente a los 274 del año anterior. Las entregas, por su parte, descendieron en 2002 hasta 303, desde las 325 registradas en el año anterior.

En alusión a estos resultados, Airbus aseguró que se vieron positivamente influidos por una combinación más favorable de aviones y por el efecto de los precios.

Su gran competidor Boeing está atravesando por mayores dificultades y no prevé un repunte de la actividad hasta 2004. Sus ingresos cayeron un 7% el año pasado, situándose en 54.000 millones. La crisis le ha obligado a recomponer sus costes y desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 ha despedido a un total de 30.000 trabajadores. La empresa espera mantener durante este año un nivel de entregas de 280 aparatos comerciales y no registrar aumentos de esta cifra hasta 2005.

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