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Petróleo

Murmansk, de base naval a centro de distribución de crudo a EE UU

Svetlana Voronova, analista de Clariden Bank en Zúrich, tiene muy claro cuál es el principal handicap de la industria petrolera rusa. 'El problema no son las reservas ni la producción, es el transporte', subraya. Y es ahí donde el puerto de Murmansk, conocido por ser la base de la poderosa flota marítima de la antigua Unión Soviética, juega un papel crucial.

Rusia fue en 2002 el mayor productor de crudo del mundo, con un 10% del total, incluso por encima de Arabia Saudí. Y aunque las cifras están lejos de lo que producía en los tiempos de la antigua Unión Soviética, el liderazgo en la producción va en aumento, con un crecimiento anual del 8%.

El aumento productivo y las dificultades para transportarlo, y por consiguiente venderlo, fuera de las fronteras están causando un serio problema de precios. Los precios del crudo en el interior de Rusia tocaron en la primera semana de febrero los cinco dólares el barril ante la avalancha de oferta, mientras en el mercado internacional sobrepasaban los 31 dólares.

La industria del crudo rusa es consciente de que tiene que aumentar sus ventas al exterior. Pero hacen falta infraestructuras. Yukos, Lukoil, Tyumen y Sibneft han elaborado un proyecto conjunto para construir un oleoducto que una la actual red con el puerto de Murmansk, que pese a estar en el Océano Glacial Ártico es un puerto abierto los 12 meses del año. Murmansk es clave, ya que permitiría enviar barcos a EE UU.

'Si el oleoducto llegara a Murmansk, en 2010 el 13% de las importaciones de petróleo estadounidenses vendría de Rusia', señala Svetlana Voronova. Actualmente, el crudo ruso supone menos del 1% del total de las importaciones petroleras de EE UU.

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