El beneficio del BBVA cae un 27,3% tras adelantar provisiones por 427 millones
El BBVA sorprendió ayer al mercado con el anuncio de una rebaja del beneficio atribuido del 27,3%, hasta 1.719 millones de euros. Este recorte está muy por encima de lo esperado por el mercado y de lo anunciado en reiteradas ocasiones desde junio, cuando las previsiones se revisaron a la baja para situar el cierre del año en una caída entre el 9% y el 10%.
El presidente del BBVA, Francisco González, aseguró ayer que había optado por la 'máxima prudencia' antes de por ajustarse a sus últimas previsiones. Ese criterio de prudencia explica las fuertes provisiones extraordinarias por 427 millones netos a cargo de la cuenta de 2002, en las que se incluye algunas que corresponderían al presente ejercicio.
González explicó, como también lo hizo el consejero delegado José Ignacio Goirigolzarri, que sin estas provisiones extra el beneficio atribuido hubiera descendido el 9,1%, el mismo porcentaje que ha optado por rebajar el dividendo correspondiente al año 2002.
'Hay que ser consistente con la política de prudencia de este grupo. La disminución del dividendo está en relación con el beneficio. Lo podíamos haber mantenido, pero no sería acorde con la política del banco. A corto plazo puede ser considerada una política negativa, pero es positiva en el largo plazo'. Con estas palabras González justificó la propuesta del banco de rebajar la remuneración que reciben los accionistas vía dividendo.
Los analistas calificaron ayer de positiva la cuenta de resultados del BBVA en la parte operativa, es decir, la parte de arriba de la cuenta. Pero no así la de las provisiones, ya que consideran que el banco podría haber tirado más de extraordinarios para mantener el dividendo.
A pesar de ello, el mercado acogió ayer bien el resultado obtenido por el BBVA, así como el recorte del dividendo, puesto que la acción subió un 1,71%, para situarse en los 8,35 euros por acción, sin la intervención del banco, política seguida por González y recordada ayer nuevamente por el banquero.
El presidente del BBVA se convirtió ayer también en el primer banquero español que se atreve a dar una previsión de resultados para este año. Y aunque considera que 2003 'será todavía un año difícil' y 'no hacemos previsiones', sí dio una pista sobre el resultado que maneja inicialmente el BBVA para este año. 'Si las cosas van bien, el banco podría obtener los mismos beneficios que en 2002 sin las provisiones extra', dijo. Es decir, 2.146 millones de euros, lo que supondría un crecimiento del 25% sobre el finalmente contabilizado en el ejercicio pasado.
Los resultados del BBVA han estado condicionados por la crisis de Argentina, la depreciación de las monedas latinoamericanas, que han restado directamente al beneficio atribuido 86 millones de euros, y la menor aportación de las empresas participadas.
Las provisiones realizadas por el saneamiento de Telefónica, en Repsol y BNL, también han influido negativamente en esta cuenta.
Carrera de fondo
Como si fuera una 'carrera de fondo', como le gusta calificar a González el negocio bancario, el presidente del banco aseguró ayer que el BBVA quiere estar preparado para 2003 y para el futuro porque 'nuestros objetivos son de medio y largo plazo, queremos crear un valor diferencial de forma sostenida'.
Por ello se ha optado por añadir a estas provisiones 427 millones extra, que corresponden a los saneamientos extraordinarios de la amortización de todo el fondo de comercio pendiente en países de América Latina de alto perfil de riesgo, por 129 millones; el saneamiento por 245 millones por las diferencias de cambio tras la venta de su filial en Brasil, aunque no tiene impacto patrimonial, y una provisión para prejubilaciones de 81 millones, con impacto de 53 millones en el beneficio atribuido.
De esta forma, las diferencias entre el BBVA y su más directo competidor, el Santander Central Hispano, se acrecientan. Mientras el primero ha optado por rebajar considerablemente el resultado, hasta presentar un beneficio de 1.719 millones, el SCH ha preferido dar como caída un 9,6%, en línea con lo previsto, con 2.247 millones de beneficio, y mantener el dividendo.
Pero éstas no son las únicas diferencias. González afirmó que el BBVA 'sí está de compras; tenemos recursos, muchas ganas de hacer cosas y, si aparece una oportunidad, la vamos a aprovechar'. Emilio Botín dijo un día antes que el Santander 'no estaba de compras'.
Aunque González matizó que no tenía prisa para realizar adquisiciones, sí insistió en la fortaleza del capital del grupo (12,5% de ratio Bis), porque 'hay que estar preparado para cuando aparezca oportunidades de compra' de grandes bancos en Europa (especificó Italia y otro país que no nombró) y el sur de Estados Unidos. Precisamente ayer se autorizó a BBVA Bancomer, su filial mexicana, a abrir oficina en Houston.
González dijo que, aunque el banco no se había marcado el reto de ser el más rentable de Europa (como el SCH), porque 'somos bastante más conservadores', sí reconoció que 'queremos estar en el podio, pero no en ingresos, sino en eficiencia, rentabilidad de recursos propios y en beneficio por acción, que es lo que mide una buena gestión'.
En este sentido, destacó la mejora en 3,2 puntos de la ratio de eficiencia, que ha pasado del 50,4% al 47,2%.
El consejo del BBVA ha convocado para el 1 de marzo la junta de accionistas, en la que se aprobará la absorción de BBVA Privanza.