Los graves riesgos sobre la economía mundial ensombrecen el Foro de Davos
El repaso a la situación económica mundial, marcado por el actual clima de incertidumbre geopolítica y la crisis de confianza generalizada, marcó ayer la sesión de apertura del Foro de Davos. El economista jefe de Morgan Stanley, Stephen Roach, fue el más pesimista al afirmar que la aportación de EE UU al crecimiento mundial será difícil y que las medidas aplicadas por el Gobierno de George Bush son erróneas para el momento actual.
'Los estímulos monetarios y fiscales clásicos son válidos para un ciclo normal. Pero no es el caso, estamos en un ciclo posburbuja', dijo. De ahí, que la evolución de las empresas resulte clave para el rumbo que tome la economía en los próximos meses, explicó.
La economista jefa del instituto de análisis Conference Board, Gail Fosler, confió en una sólida recuperación de EE UU este ejercicio, apoyada en la inversión empresarial, pero reconoció que en caso de guerra 'hay altas probabilidades de que EE UU registre un crecimiento cero e incluso que entre en recesión'.
De lo que no quedó duda es de que, un año más, la economía mundial dependerá del desempeño de EE UU. 'El mundo gira ahora más alrededor de EE UU de lo que lo ha hecho nunca', dijo Roach.
Sin embargo, las perspectivas para la divisa estadounidense apuntan hacia una clara debilidad, reflejo de la situación económica. Sólo Fosler pronosticó una fuerte apreciación en los próximos meses, impulsada por la demanda china de dólares. En todo caso, las perspectivas son de una gran volatilidad en el mercado de cambios.
El ejemplo contrario es China, también presente entre la élite escogida para inaugurar el foro. Zhu Min, asesor económico del presidente del Banco Central, confirmó que el gigante asiático crecerá un 7% este año, gracias en buena medida a la inversión extranjera. No en vano, China fue en 2002 el primer país receptor de capital extranjero, puesto en el que desplazó a EE UU.
El Foro espera para el fin de semana la llegada del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que tras su paso por el Foro Social que se celebra en Porto Alegre llegará a Davos con una propuesta de pacto mundial para reducir la brecha entre ricos y pobres.