Termina el Foro Mundial con críticas a la política unilateral de EE UU
El Foro Económico Mundial clausuró ayer su reunión anual en Nueva York con críticas a la prepotencia del país anfitrión. Cinco días antes los participantes fueron llegando con un mensaje de solidaridad para EE UU, pero los cerca de 2.700 participantes, entre políticos, representantes religiosos y empresarios, que acudieron para tratar los problemas del mundo, centraron sus discusiones en la política exterior de EE UU, su papel en la lucha contra el terrorismo y los posibles daños de la globalización. Y no coincidieron con el gigante mundial ni en identificar a los enemigos mundiales (Irak, Irán y Corea del Norte, según EE UU), ni en continuar una guerra basada en los ataques a terceros países. Ni siquiera en avistar una rápida recuperación económica, como aseguró el secretario del Tesoro, Paul O'Neill.
El ministro suizo de Economía, Pascal Couchepin, presente en la reunión neoyorquina, criticó que este año el Foro alteró su espíritu tradicional, basado en el diálogo y la convivencia, en favor de una abrumadora presencia de la política y economía estadounidenses. 'La decisión de volver [el próximo año] a Davos será política, porque, aunque necesitamos la presencia de EE UU, la organización del Foro en territorio americano limita las posibilidades de diálogo', afirmó Couchepin.
La opinión del ministro suizo ha sido la tónica general. La senadora Hillary Clinton declaró el domingo: 'No hemos cumplido nuestra parte para emprender los retos globales'.
En el último día de reuniones, las cuestiones humanitarias cobraron protagonismo. Los expertos en comercio recomendaron acometer una reforma y eliminar los subsidios agrícolas de los países desarrollados para favorecer el acceso de los países pobres a los mercados de los países más avanzados.
El discurso del secretario general de la ONU, Kofi Annan, exponía la 'mayor urgencia' que nunca para que los Gobiernos y las empresas ayuden financieramente a combatir la pobreza.