Las gestoras denuncian que las barreras fiscales les cuestan 5.000 millones de euros
La discriminación fiscal en casi toda la UE contra las gestoras de fondos radicadas en otro país está mermando la competitividad del sector, según denuncia un estudio de la Federación Europea de Fondos de Inversión. Las barreras fiscales impiden la gestión unificada de fondos en todo el mercado europeo, provocando un incremento de costes al sector que puede girar en torno a los 5.000 millones de euros anuales. Las tasas de gestión para los partícipes, de acuerdo con el estudio realizado por PricewaterhouseCoopers en colaboración con la Federación, también son hasta un 4% más elevadas que las que se aplican en EE UU, donde el volumen medio de negocio de una gestora sextuplica el de las europeas.
La mayoría de las discriminaciones fiscales son ilegales, según la Federación, que recuerda las victorias obtenidas por ciudadanos particulares cuando han recurrido ante el Tribunal de Justicia de la UE. Pero, a pesar de las sentencias dictadas hasta el momento, la mayor parte de las legislaciones nacionales siguen castigando con impuestos más altos a los rendimientos obtenidos por los contribuyentes a través de una gestora de otro país.
La Federación, que agrupa a más de 900 gestoras de toda Europa, acusa de pasividad a la Comisión Europea ante la pervivencia de esta situación. Bruselas intervino en diciembre del año pasado para intentar frenar un proyecto de ley alemán que, a juicio de la Federación, agrava la discriminación hacia las gestoras foráneas. '¿Por qué los otros países se han librado de una actuación similar?', se pregunta David Newton, socio de PricewaterhouseCoopers y autor del estudio sobre las barreras fiscales. 'Resulta decepcionante que la Comisión no haya iniciado procedimientos de infracción contra otras flagrantes discriminaciones', señala la Federación.
En junio de 2001, esta organización denunció la presencia de normas discriminatorias en todos los países de la UE, salvo en España, Finlandia, Suecia y Luxemburgo. 18 meses después, la Federación advierte que la mayoría de los Estados miembros mantienen las antiguas normas discriminatorias o, incluso, como en Alemania, preparan modificaciones legales para favorecer a los operadores locales. Sólo se ha mejorado levemente en Francia, Reino Unido, Austria y Grecia.
Con esta situación, las gestoras no pueden aprovechar todo el potencial que, en teoría, ofrece un mercado único financiero de 375 millones de personas. El mercado de fondos de pensiones de EE UU, valorado en 7,5 billones de euros, duplica al europeo (3,4 billones). En cambio, el número de gestoras en Europa (26.000) triplica al de las que operan en EE UU (8.000). La fragmentación del sector provoca que las gestoras europeas sólo gestionen de media unos 136 millones de euros, frente a los 887 millones que maneja una estadounidense. La Federación reconoce que el mercado europeo, dadas las diferencias lingüísticas y culturales que existen, quizá nunca logre el mismo grado de concentración que el estadounidense. Pero consideran que, si se eliminan las barreras fiscales, existe un amplio margen para mejorar la integración.