La UE refuerza los controles en las aduanas para frenar la piratería
La falsificación de perfumes caros y joyas exclusivas casi ha pasado ya a la historia de la violación de los derechos de propiedad intelectual, según la Comisión Europea. El organismo comunitario asegura, basándose en el resultado de las operaciones de decomiso llevadas a cabo en las fronteras de la UE, que la producción pirata 'está ahora más interesada en la cantidad que en la calidad'.
En sólo cuatro años el número de artículos decomisados en la UE se ha multiplicado por 10, hasta alcanzar los 100 millones en 2001. Holanda, con 34 millones de objetos confiscados, lidera el combate contra la piratería, mientras que en España las 378 operaciones llevadas a cabo permitieron interceptar casi siete millones de productos falsificados. Bruselas se teme que detrás de esta avalancha se encuentra todo un sector industrial que está ampliando continuamente su gama de producción, que ya alcanza incluso al mercado de plantas y flores.
'La falsificación y la piratería se han convertido en un fenómeno industrial', advirtió ayer el departamento comunitario de Mercado Interior y Fiscalidad, tras aprobar una propuesta de modificación del reglamento que regula la actuación de las autoridades aduaneras en toda la Unión Europea.
Bruselas confía en que el Parlamento Europeo y los 15 Estados miembros tramiten cuanto antes su propuesta, para que pueda entrar en vigor dentro de sólo seis meses. La premura se debe no sólo a la escalada de la piratería, sino también al ingreso en la UE, en mayo de 2004, de 10 países de Europa Central y del Este. Alguno de ellos, como la República Checa, es origen o lugar de tránsito de una parte importante de las falsificaciones que llegan al mercado europeo.
La nueva norma parte del mismo principio que el actual reglamento, que desde 1994 permite a los titulares de un derecho de propiedad intelectual solicitar la confiscación temporal de los productos presuntamente falsificados y su destrucción final si el delito se confirma.
Pero en línea con la dimensión que ha adquirido el problema, Bruselas propone generalizar las intervenciones preventivas por parte de las autoridades, cuya actuación de oficio sólo supone ahora el 37% de las operaciones. La Comisión Europea propone, además, facilitar a las pequeñas y medianas empresas el recurso a la denuncia, aboliendo las actuales tasas y depósitos que exigen las autoridades aduaneras antes de realizar una operación. Bastará un aval para exigir la detención de una mercancía, aunque en caso de que la alerta sea falsa, el denunciante seguirá asumiendo el coste de la operación (lo más caro es el almacenamiento) y las posibles compensaciones al importador o al fabricante.
El nuevo reglamento también faculta a las autoridades aduaneras a ejercer un estricto control sobre la importación de plantas y productos con denominación de origen o geográfica. La confiscación de productos alimenticios falsificados aumentó un 75% en 2001 y la piratería en este sector se equipara ya a la existente en el textil. Denominaciones de origen como Champagne, Cognac o Jerez figuran entre las nuevas víctimas.
La industria musical, sin embargo, sigue siendo la principal afectada. Desde 1999, el número de CD confiscados ha aumentado un 15.300%, hasta alcanzar los 40 millones de unidades.
El 60% de los productos piratas llegan a Europa por transporte aéreo y el 16%, por vía marítima.