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Charles Gastine

'Para dirigir es necesario el sentido común'

Lleva dos años en España, donde dirige la firma de relojes de lujo Baume & Mercier. Para Charles Gastine, nacido en París hace 36 años, su mayor lujo como directivo es poder tener tiempo para él mismo

Charles Gastine nació hace 36 años en París y desde hace dos años es director de marca para España y Portugal de la firma de relojes de lujo Baume & Mercier, perteneciente al Grupo Vendôme, que también acoge a Cartier, Dunhill, Officine Panerai y Piaget. Es licenciado por la Escuela de Comercio de París y ha desarrollado toda su trayectoria en la misma compañía. En sus comienzos formó parte del departamento de marketing de Cartier en Nueva York. Tras una estancia de un año en la dirección general de la misma firma en París, asumió entre 1994 y 1996 el cargo de responsable de comunicación y marketing de Piaget y Baume & Mercier para el mercado francés.

Pregunta. ¿Es el valor de la marca lo más importante para una compañía dedicada al lujo?

Respuesta. En una empresa con 172 años de existencia es uno de los principales valores. En el sector relojero cuenta mucho, pero también hay una mezcla de factores. Hoy día, el consumidor sabe bien lo que compra y los que vendemos objetos de lujo necesitamos combinar dos elementos decisivos, como la calidad y la tradición. Pero, además, no podemos estar anclados sólo en la tradición, necesitamos tener una visión actual y moderna, además de una política de marketing actual. Debemos rejuvenecernos y actualizarnos. Son ajustes necesarios.

P. ¿Cómo puede mantenerse una marca durante tanto tiempo?

R. El sector relojero ha cambiado bastante. Hace 10 o 15 años existía en el mercado una serie de marcas independientes que podían vivir bien, pero en el lujo en general y en la alta relojería sucede que ha habido un incremento mayor de competencia. Antes se podían tener productos buenos y vivir bien. Ahora necesitamos del marketing para posicionarnos.

P. ¿Por qué perduran algunas marcas cuando la competencia es tan grande?

R. Existe un número muy importante de marcas que han desaparecido por falta de visión, de medios y de profesionales adecuados para llevar a cabo la estrategia de la compañía. La clave del éxito está en los profesionales. Cada día es más complicado sobrevivir, porque las marcas son cada vez más globales. Por ejemplo, tuvimos un distribuidor durante más de 30 años que no tenía el mismo poder que puede tener, por ejemplo, un grupo como el nuestro en estos momentos, ya que en los últimos tres años hemos comprado cinco marcas nuevas. Además los clientes son cada vez más exigentes.

P. ¿En qué sentido?

R. Hace tres o cuatro no había revistas especializadas en España. España era un país muy cerrado hasta 1975. Lo que ocurre es que en pocos años se ha puesto al mismo nivel que otros países mucho más democratizados en el mundo del lujo. España se ha puesto al mismo nivel tanto en coches como en otros productos de lujo.

P. La crisis económica, ¿se nota en su sector?

R. Ahora es un momento difícil, complicado a nivel económico. Volvemos a la calidad, a la veracidad de su mensaje. El momento de la economía mundial es bastante complicado, pero también es un momento de limpieza. Existen en el mercado demasiadas marcas y no todas van a sobrevivir porque la gente antes de comprar un reloj de 2.000 euros evalúa y tiene en cuenta el valor añadido. La crisis hay que verla como una oportunidad, ya que sólo sobrevivirán las empresas a las que les respalde la calidad, la tradición y las que tengan visión a largo plazo. Vivimos en un mundo que va demasiado rápido. No son las compañías que tienen más éxito las más activas.

P. Entonces, ¿qué requisitos hay que reunir para tener éxito?

R. Es importante tener equipo, visión de negocio y rapidez para poner en marcha estrategias. Las ideas están en el aire, pero el primero que la coge es el que la pone en marcha. A nuestra marca le gusta hacer hincapié en el servicio al cliente. También es fundamental elaborar la estrategia de la marca a nivel mundial con cierta tranquilidad. Nosotros no tenemos tiendas propias, tenemos relojeros a los que tenemos que cuidar.

P. Los relojes son uno de los productos más expuestos a falsificaciones.

R. Es el gran problema de nuestro sector. Nosotros somos innovadores pero no demasiado, para no estar expuestos a las falsificaciones, que se mueven más por modas. Pero es importante que los clientes sepan que cuando compran un reloj falsificado no tienen ningún tipo de garantía. Lo que ocurre es que muchas veces no son conscientes de que han comprado una falsificación, sino que creen que han comprado un producto mucho más barato. Los relojeros tradicionales pocas veces hablamos de moda. Hay un lado positivo en la falsificación y es que se trata de una prueba clara del éxito de una marca. Lo que ya es peor es comprar un reloj por un 30% o 40% menos que el precio de público pensando que es Baume & Mercier.

P. ¿Podría definir lo que es lujo?

R. Es complicado de definirlo porque trabajo en el lujo. A nivel profesional, se trata de hacer bien las cosas, sin prisa, con autenticidad y con visión a largo plazo. Es importante para una compañía no cambiar cada mañana de estrategia. El lujo no tiene nada que ver con el precio, sino con el capricho. A nivel personal, para un directivo como yo, es tener tiempo.

P. ¿Cómo se ve usted como directivo?

R. Creo que tengo una mezcla de curiosidad y creatividad, siempre estoy abierto a nuevas ideas. Tengo los pies en el suelo, eso es fundamental para la gestión de una empresa. Y, por supuesto, también es necesario para gestionar una empresa tener una buena dosis de sentido común.

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