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Ampliación

La UE sólo negociará el ingreso de Turquía si mejora su régimen político

El problema presupuestario para rematar la ampliación en marcha parecía ayer de menor escala al lado del desafío político que supone la insistencia de Ankara en obtener una fecha para el inicio de negociaciones. En 1999, los Quince reconocieron a Turquía el estatuto de candidato al ingreso en la UE, pero condicionaron el inicio de las negociaciones a que el enorme país (64 millones de habitantes) se transformara en una economía de mercado con un régimen político plenamente democrático. El nuevo Gobierno turco del Partido de la Justicia y el Progreso exige ya una señal clara de apertura por parte de los Quince.

'Los candidatos tienen que cumplir los criterios políticos antes de iniciar la negociación', sentenció ayer el primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, en una rueda de prensa previa al inicio del Consejo Europeo. 'Y no permitiremos que se nos presione desde ninguna instancia', advirtió en su condición de presidente de turno de la UE.

Anteanoche, Rasmussen recibió la llamada telefónica del presidente de EE UU, George Bush, uno de los principales adalides de la candidatura de Turquía, en razón de la importancia geoestratégica del país que enlaza Europa con Oriente Próximo. Rasmussen repitió ayer que la apertura de negociaciones con Turquía 'es una decisión europea'.

Pero Turquía cuenta con la baza añadida de Chipre, la isla dividida desde 1974 en un norte bajo la esfera de Ankara y un sur de influencia griega. Chipre figura entre los diez candidatos que se incorporarán a la UE el 1 de mayo de 2004, y anoche seguían en Copenhague las negociaciones auspiciadas por la ONU para que antes de esa fecha la isla se unifique bajo un modelo de confederación.

Rasmussen ratificó la voluntad de la UE de integrar a Chipre incluso si no se llega a una solución negociada, pero en ese caso Ankara amenaza veladamente con una asimilación del norte de la isla. No en vano, el ingreso de la isla unificada, incluidos los turcochipriotas, podría resolver el debate sobre el europeísmo del pueblo turco y servir de enganche para el ingreso de Turquía.

El Centro Europeo de Estudios Políticos, un instituto independiente con sede en Bruselas, advierte que 'resulta crucial que la UE comprenda que ningún turco, proeuropeo o no, puede concebir que Turquía y Chipre se encuentren para siempre separados'. 'Los turcos no aceptarán que Chipre marque la frontera de una Europa Unida y que Turquía se quede del otro lado', añade el mismo análisis.

Rasmussen presentó anoche a sus homólogos de la UE el borrador del texto de la oferta a Ankara, que apunta a una fecha de inicio de negociaciones a medio plazo (2004 o 2005) pero condicionada a una revisión de las condiciones de libertad en aquel país.

Los términos de la oferta pueden desencadenar tensiones con Turquía. 'No temo una reacción negativa', aseguró Rasmussen. 'Y espero que Turquía entienda que su relación futura con la UE dependerá de la reacción que tenga en los próximos días y semanas'.

El presidente del Grupo Popular en el Parlamento Europeo, Hans Gert Pottering, pidió ayer que 'no se convierta Copenhague en la cumbre de Turquía'. Pottering reiteró la postura de su grupo parlamentario en contra de prometer a Turquía una fecha concreta para el inicio de negociaciones. El líder del Grupo Liberal, Graham Watson, recomendó que, antes de fijar la fecha, se espere a que el nuevo Gobierno turco concrete las reformas políticas que va a llevar a cabo. La fecha se fijaría bajo presidencia griega.

Postura de Polonia

Polonia aprecia que los Quince han manifestado cierta 'flexibilidad' en la negociación final para la adhesión de ese país a la Unión Europea (UE), según dijo hoy en Copenhague el principal negociador polaco, Jan Truszczyaski.

El alto funcionario polaco declaró que 'hemos hecho un avance importante', aunque no quiso detallar más ni avanzó cuál será la estrategia de su país en las negociaciones finales durante el Consejo Europeo que ayer comenzó en Copenhague.

'Ha habido cierta flexibilidad entre los socios', dijo el subsecretario de Estado, quien se refirió especialmente a la defensa de los intereses de los agricultores polacos en esta fase final. Aseguró que su propuesta de transformar ayudas europeas destinadas al desarrollo rural en 'una forma de pagos directos', con el fin de completar la oferta de los Quince, 'no ha caído en oídos sordos'. Dijo que la oferta de comenzar a contar en 2004, el primer año de su adhesión, con un 45% de los pagos agrícolas directos que tienen los actuales miembros de la Unión es percibida de manera desigual en su país.

'Quien no acepte la oferta, tendrá que entrar en 2007'

¢Nuestra intención es concluir mañana [por hoy] las negociaciones con 10 candidatos¢, afirmó el primer ministro danés en la apertura de la cumbre que culmina su exitoso semestre como presidente de la UE. Rasmussen reconoció, no obstante, que ¢no todos los candidatos aceptan la oferta presupuestaria presentada por la presidencia¢ y auguró ¢duras negociaciones¢ durante la jornada de hoy. Polonia, sobre todo, exige mejores condiciones para sus agricultores (19% de la población activa). Poco margen hay para la negociación tras aprobarse ayer por los Quince una oferta de 40.500 millones de euros entre 2004 y 2006 para financiar la ampliación de los 10 países. El acuerdo representa un aumento de unos 1.300 millones respecto a la oferta inicial que los jefes de Estado y Gobierno acordaron en la cumbre celebrada a finales de octubre en Bruselas. De esta cantidad, Polonia será la más beneficiada.El primer ministro danés, Rasmussen, advirtió ayer que los candidatos que se nieguen a concluir las negociaciones se condenan a un retraso en su ingreso. ¢Hay un serio riesgo de que vean aplazada su adhesión hasta 2007¢, señaló. Los Quince fijarán hoy ese año como objetivo para el ingreso de Rumania y Bulgaria, los dos países que se han quedado retrasados en la negociación. Tres años antes, si se rematan hoy las negociaciones, volverán a Europa ¢después de 45 años¢, como recordó Rasmussen, Estonia, Letonia y Lituania, los tres países bálticos que surgieron tras el desmoronamiento de la Unión Soviética; las Repúblicas Checa y de Eslovaquia que nacieron en 1993 de la escisión de Checoslovaquia; la Hungría que se rebeló contra Moscú en 1956 y la Polonia cuya democratización no pudo frenar el general Jaruzelski en 1981. Las islas Chipre y Malta (independizadas de Reino Unido en 1960 y 1964) completan la lista de los nuevos miembros.

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