Chávez baraja un adelanto electoral ante la presión de la huelga
Venezuela vivió ayer su noveno día de huelga general entre rumores de golpe de Estado y tensión en las calles de Caracas. El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, informó ayer de que el presidente de la República, Hugo Chávez, está considerando la posibilidad de adelantar las elecciones. La oposición exige comicios en el primer trimestre de 2003 y no oculta su deseo de ver a Chávez fuera del poder.
El nerviosismo cunde entre los ciudadanos y muchos expresan ya abiertamente su malestar con la huelga más larga de la historia del país. Un reflejo de este temor fueron los ataques a medios de comunicación producidos en la noche del lunes y las largas colas que se formaron ayer ante los bancos. Tras varios días de cierre, las entidades bancarias decidieron abrir en horario restringido para facilitar la realización de operaciones financieras.
Pese a la oferta del Gobierno, las posibilidades de acuerdo aún son lejanas. La Casa Blanca insistió ayer en que la solución debe ser 'electoral y constitucional'.
El eje del pulso entre Chávez y la oposición se centra ahora en la poderosa petrolera estatal Pdvsa. La mayor parte de la plantilla de la compañía está secundando la huelga. Por otra parte, los buques cargueros y otros medios de distribución también respaldan el paro.
El resultado es la carestía de crudo en el interior y el exterior. En el mercado doméstico, la crisis puede llevar a la paralización total del país. En el sector externo, la suspensión del suministro 'está durando mucho más de lo que nadie podía imaginar', según reconoció ayer la petrolera estadounidense Valero Energy. El nerviosismo ha provocado que el barril de brent superara ayer los 26,1 dólares, acumulando en un mes una subida del 14,9%.
Venezuela es el cuarto exportador de petróleo del mundo, con 2,5 millones de barriles diarios y la actividad petrolera representa el 50% de los ingresos fiscales de Venezuela. El Ejército ha tomado algunos centros de distribución de combustible y ha obligado a algunas refinerías a despachar gasolina.
Moody's también ha puesto bajo estudio, para una posible rebaja, la calificación de Pdvsa, una compañía que cuenta con unos activos fijos de 47.550 millones de dólares (una cantidad similar en euros) y que el año pasado obtuvo unos beneficios netos de 3.993 millones de dólares. El presidente de la empresa, Alí Rodríguez, admitió el lunes el riesgo de que la empresa sea demandada por 6.000 millones de dólares por incumplimiento de contrato.