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Coyuntura

Bush estudia reducir los impuestos sobre dividendos para animar la Bolsa

Desde hace meses algunas firmas de Wall Street han defendido la necesidad de eliminar la, a su juicio, doble imposición sobre dividendos por gravar tanto a la empresa que lo concede como al particular que lo recibe. La Administración del presidente George Bush ha tomado buena nota de esta demanda y el consejero económico de la Casa Blanca, Glenn Hubbard, ha hecho las cuentas de lo que significaría para la economía la eliminación de este impuesto.

Según informaba ayer The Wall Street Journal, el informe de Hubbard da por sentado que el dinamismo económico que se conseguiría sin este impuesto podría permitir la recuperación del 40% o el 50% de lo que se dejaría de recaudar, unos 25.000 millones de dólares, a través de mayores ingresos por otros impuestos. Además, la Bolsa podría registrar un aumento de precios general del 20%. La medida también estimularía a empresas que no reparten dividendo, muchas de las tecnológicas, para atraer más inversores.

Dinamizar la economía

En EE UU las empresas pagan impuestos sobre el beneficio neto, del que se descuenta el dividendo, por lo que ya se ha deducido el tributo correspondiente. En el caso de los particulares, éstos declaran en función de la renta, ya que el dividendo se suma a los ingresos y se aplica un determinado tipo en función del tramo que corresponda a cada uno. Esta estructura impositiva supone que el Estado tendría que imponer un tipo nuevo reducido sobre este ingreso o incluso suprimirlo para inversores.

Desde la Casa Blanca no se ha tomado aún una postura cerrada sobre este particular, algo que no llegará hasta que el presidente Bush no dé su visto bueno a todas las medidas de relanzamiento de la economía que tiene previsto presentar a principios del año que viene.

Pero las ideas que está barajando la presidencia no gustan en el Partido Demócrata, que ha pedido que se suspenda la tributación sobre los llamados 'impuestos a las plantillas' que son todos los que afectan al coste de contratar a un trabajador y las cotizaciones a la Seguridad Social.

Esta propuesta, defendida por algunos sectores empresariales, no ha encontrado apoyo en la Administración Bush. Sin embargo, no es la oposición demócrata, ahora en minoría, lo que preocupa al presidente y sus asesores, sino la que hay dentro del propio Ejecutivo. El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, no comparte el optimismo de las cuentas de Hubbard ni lo considera una solución cuando él tiene que lidiar con un Presupuesto en déficit. O'Neill sería más favorable a otro tipo de descuentos impositivos para impulsar el crecimiento, mostrando, no obstante, una cierta preocupación por los recortes de impuestos como receta de crecimiento.

Mientras el debate sobre los estímulos económicos prosigue, ayer se dieron a conocer datos optimistas sobre su evolución. Por un lado el sector de los servicios creció más de lo esperado al colocarse el índice del Instituto de Gestión de la Oferta en 57,4 puntos, una lectura que no se registra desde mayo y que supone el décimo mes continuado de crecimiento para el segmento de la economía responsable de dos tercios del PIB.

La productividad también se refuerza al mejorar a un ritmo anual del 5,1% la medida de lo que rinde un empleado por hora. La última lectura era de un 4%. Por contra, los costes laborales se han reducido un 0,2% en el tercer trimestre.

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