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Tecnología

La robótica cala en España

Tras Alemania e Italia, el mercado español lidera las inversiones en robots. Este año los resultados empeorarán debido a la situación del sector del automóvil

Los reyes europeos en robots industriales son los alemanes, con 99.013 robots, e italianos, con 43.911, pero muy lejos de los 360.000 de Japón y de los 100.000 de Norteamérica. En España, con 16.378 robots, aún nos quedamos cortos, pero es una tendencia que está empezando a cambiar. En el mundo se esperan ratios de crecimiento medio anual del 7,5%, según un informe de CEE-ONU. El número total de robots industriales es de 760.000, más 176.500 robots de servicios. Para 2005 habrá 965.000 industriales y 2.021.000 de servicios.

El año pasado fue bueno en Europa, con un récord de 30.500 unidades vendidas y un aumento del 2,5% frente a 2000. Son espectaculares los incrementos en el Reino Unido (26%) y España (22%). Sin embargo, la inversión mundial en robótica se ha reducido una quinta parte respecto a 2000, dado que ha caído un 17% en EE UU y un 40% en Japón.

Un robot suele tener una vida de 12 años. Un robot industrial vendido en 2001 cuesta menos de una quinta parte que otro de prestaciones similares de 1990. Es una inversión que se amortiza en uno o dos años. El precio de un robot básico es de unos 20.000 euros, aunque hay que añadirle periféricos, como una pinza de manipulación o sistemas de seguridad y control. El precio final depende de la complejidad de la instalación: en una económica, el robot puede suponer el 80% del precio, y en las más complejas, sólo el 10%.

La inversión española en robótica aumentó un 22% el año pasado

'En España no hay ningún fabricante de robots industriales. En la década de los ochenta hubo algunas iniciativas, pero fracasaron. Hay pocos fabricantes y los principales están en Japón, Suecia y Alemania', declara Antonio Vizán, presidente de AER-ATP, la Asociación Española de Robótica.

Durante 2001 se vendieron en el mercado español, que tiene un volumen de negocio de 500 millones de euros, 3.584 robots. Los tres principales suministradores son ABB, con una cuota del 44%, Kuka (19%) y Fanuc (11%). Pueden encontrarse robots de 33 marcas, aunque sólo 13 vendieron alguno el año pasado. La sueca ABB casi ha doblado sus ventas en 2001, con 1.727 unidades. Sus robots están destinados a casi todas las aplicaciones de la industria manufacturera y de consumo. Sus principales clientes fabrican automóviles, componentes para automoción, productos metálicos, plásticos y productos de consumo. ABB España facturó 90 millones de euros en 2001.

Por su parte, la filial española de la japonesa Fanuc cubre todas las aplicaciones industriales, aunque en número de unidades venden más al sector de la automoción. Suministran robots a Renault, Nissan, Seat y Campofrío. Este año casi han completado su objetivo de vender 400 unidades.

José Ramón García-Montón, gerente de la división de robótica de ABB España, considera que 'los factores que influyen en la demanda son variados. Pueden resumirse en competitividad, con precios más bajos, productos más rápidos y de mayor calidad, y en ergonomía, con la eliminación de tareas penosas'. Por otro lado, David Trabal, de Fanuc, resalta una fuerte dependencia: 'El punto de referencia es la automoción, que marca las pautas en el resto de sectores'.

De hecho, la automoción es el sector más intensivo en el uso de robots: casi dos de cada tres en España. A distancia le siguen el sector químico y el de productos metálicos. En nuestro país la mitad de los robots industriales realizan tareas de soldadura, aunque van ganando difusión las aplicaciones de manipulación. En España hay un ratio de 62 robots por cada 10.000 trabajadores en la industria manufacturera, lejos de Japón (270), Alemania (130) e Italia (100). En las fábricas de automoción estos ratios aumentan; por ejemplo, en Italia y Alemania, hay casi un robot por cada diez trabajadores.

Esta dependencia hace que el traslado de producción a fábricas en países de Europa del Este perjudique a la industria de la robótica. 'No es bueno dejar de tener producción propia dentro del país', valora Antonio Vizán, de AER-ATP. Sin embargo, Trabal ve la parte positiva: 'Cada vez hay más sectores que tienen procesos repetitivos en los que es fácil introducir un robot'.

Para García-Montón, de ABB España, 'la situación parece que mejorará en el segundo semestre de 2003'. Pero Trabal no es tan optimista: '2003 es un año conservador. Esperemos que en 2004 vuelva de nuevo el auge'. Vizán cree que la robótica dentro de la industria se ha desarrollado mucho y bien. 'Un tema pendiente a nivel tecnológico es el de la visión. Pero los retos de la robótica a largo plazo están en la robótica de servicios', señala. En el campo investigador, 'en España se realiza buena investigación, aunque no tanto desarrollo', apunta Guillermo González de Rivera, de la UAM. Las líneas de investigación actuales tienden a la cooperación entre robots, la nanotecnología, la mejora de los algoritmos de inteligencia artificial, la visión artificial y la creación de modelos de comportamiento de órganos humanos. En España, 'uno de los centros más prestigiosos es el Centro de Automática y Control del Cesic, aunque la mayor parte de la investigación se realiza desde las universidades', dice González.

Internet, vía de control para autómatas

Hace unos meses un médico desde Estados Unidos simuló una intervención a un paciente que estaba en Europa. En este experimento manejaba un robot de forma remota a través de Internet, con una visión igual que si estuviera en el mismo quirófano. Esta misma semana en el Hospital Clínico de Barcelona probaron un robot fabricado en EE UU, que cuesta un millón de euros, en una intervención quirúrgica. Este robot en un futuro podría servir, por ejemplo, para que un cirujano desde Barcelona pueda enseñar una nueva técnica a médicos en un centro sevillano, controlando a distancia el robot quirúrgico por Internet o videoconferencia.'Internet y la robótica son un buen complemento. Una de las principales ventajas de los robots es que sean autónomos, que sean capaces de resolver ciertas tareas sin la intervención de una persona, pero al final siempre debe haber alguien que supervise ese trabajo o que modifique cualquier parámetro de funcionamiento. Ahí es donde entra en juego Internet, con su presencia mundial', comenta Guillermo González de Rivera, Profesor de la Escuela Politécnica Superior de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).Muchas veces Internet sólo sirve para transmitir los datos finales obtenidos por un robot para su análisis por otros sistemas, pero realmente no se controla al robot por Internet. Tal sería el caso de algunas plantas farmacéuticas y de fabricación de coches que hay en nuestro país. Aparte de la medicina, hay otros campos en los que Internet es una vía de control remoto de robots, como la domótica y la televigilancia. Así, en la UAM están desarrollando robots merodeadores, pequeños vehículos con movimiento autónomo, sensores y cámaras, que recorren los edificios vacíos en busca de intrusos o de humo. Como están conectados a Internet, una persona puede supervisarlos desde otro edificio remoto.

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