Mencía, tipicidad en El Bierzo
Sus orígenes. Al Camino de Santiago debe El Bierzo no sólo algunas de sus más preciadas joyas arquitectónicas o la incuestionable impronta cultural que la milenaria ruta ha dejado tras de sí. Por ese camino de peregrinos llegó la variedad dominante y diferencial de la comarca, la mencía, que adoptó como suya la tierra donde se implantó, generando unos vinos de corte muy europeo. Se especula que puede proceder de la cabernet franc de Burdeos, pero su parentesco no ha podido ser probado. Puede que la confusión venga de que su procedencia es una variante de la cabernet que hoy no exista.
Otras teorías hablan de una implantación posterior, cuando los suelos gallegos y leoneses fueron destruidos por la filoxera y repuestos por cepas venidas de tierras bordelesas.
Su historia. La expansión del viñedo de mencía estuvo propiciada por el desarrollo de los monasterios en la comarca. Siendo el vino elemento esencial para el culto, no resulta extraño que desde hace mucho tiempo el noroeste de España tenga una especial relevancia vitícola. Tras siglos de producción y después de haber conseguido cierto renombre en mercados de Galicia y Asturias, la filoxera provoca una fuerte crisis, acabando con gran parte del viñedo de mencía. Hoy, y con una recuperación paulatina muy secundada en el cooperativismo y en el reciente afán por recuperar los valores autóctonos, los viñedos de mencía gozan del aval de varias denominaciones de origen y del interés depositado por los grandes genios del vino que han iniciado un proceso sin retorno hacia la consolidación de esta variedad como una de las grandes uvas de nuestro país.
Su nombre. Conocida también como negra, médoc y cabernet.
Su localización. La variedad mencía es sin duda una de las uvas autóctonas españolas más apreciadas. Es la uva tinta principal y predilecta de las denominaciones Bierzo, Monterrei, Rías Baixas, Ribeiro, Ribera Sacra y Valdeorras.
Su principal feudo gallego es Valdeorras, en la provincia de Orense, y los mejores suelos, en las laderas bajas de Ribera Sacra. En El Bierzo esta variedad ocupa dos tercios del viñedo y copa la mayoría de nuevas plantaciones.
Aunque en la actualidad no existen muestras de mencía en el viñedo catalán, la historia especula que fue en estas tierras donde esta cepa se aclimató antes de extenderse por España.
La cepa. Crece arropada por un clima atlántico semejante al de las tierras de Burdeos. Tiene una brotación media y una madurez media-tardía. Produce una uva aromática, dulce, con buen nivel de alcohol.
El vino. Los tintos de mencía llevan años conquistando a quien los prueba. De gran personalidad, muy reveladores del terruño, atlánticos, intensos, estructurados; en definitiva, sorprendentes. Y con suficiente potencial para agradecer la crianza en buen roble.
En su juventud presentan un color cereza intenso con el borde violáceo, tienen gran potencia aromática que recuerda a las frutas rojas y al paladar resultan ligeros y afrutados, con fuerte carga varietal. Históricamente no han sido valorados para la crianza en roble, pero las incursiones de nuevos bodegueros en la zona de El Bierzo demuestran que los varietales de mencía evolucionan favorablemente en madera.
Maridaje. Esta uva tinta agradece la compañía de carnes de texturas suaves como las aves de corral y platos tradicionales de la zona como el botillo del Bierzo, el pote gallego o el cocido maragato.