El elevado déficit alemán obliga al Gobierno a declarar el estado de excepción económica
El Estado alemán elevará este año su déficit a 34.600 millones de euros, 13.500 millones más que lo previsto inicialmente, según el borrador del presupuesto adicional que el Gobierno de Gerhard Schroeder tiene previsto aprobar el próximo miércoles.
Según han confirmado hoy fuentes de la coalición gubernamental, el déficit se situará así por encima del volumen de inversiones, que será de un total de 25.000 millones, lo que, tal y como ya adelantó el ministro de Finanzas, Hans Eichel, obliga al Gobierno a declarar el estado de excepción económica.
La Constitución alemana sólo permite que el endeudamiento sea superior a las inversiones cuando se produce un "desequilibrio de la economía". El presupuesto adicional se ha hecho necesario debido a que el crecimiento económico será este año sensiblemente inferior a lo pronosticado en un principio y a la reducción de la recaudación fiscal.
Incumplimiento del Pacto de Estabilidad
Según adelantó el secretario de Estado de Finanzas, Karl Diller, el mayor endeudamiento se traducirá en un incremento del déficit público al 3,8%, un 0,8% por encima del límite del Pacto de Estabilidad Europeo, lo que ha llevado a la Comisión Europea a abrir un procedimiento de sanciones a Alemania.
El borrador presupuestario contempla además para el próximo año un aumento del déficit de 3.400 millones respecto a los planes iniciales, con lo que el endeudamiento ascenderá a 18.900 millones de euros. Los planes presupuestarios prevén aumentar además en 2003 las inversiones hasta 26.800 millones de euros, lo que supone 1.500 millones más de lo previsto en el borrador inicial, pero menos de los 29.000 millones acordados por la coalición en sus negociaciones postelectorales.
El gasto total ascenderá a 247.900 millones, 1.600 millones más de lo calculado en el primer borrador presupuestario para el 2003, presentado antes de las elecciones de septiembre pasado.
Críticas al Pacto de Estabilidad
Alemania, Francia, Italia y Portugal, se encuentran en 2002 con riesgo de superar el límite del déficit del 3% que exige el Pacto de Estabilidad. La posibilidad de que estos países se vean obligados a restringir su política fiscal en una fase de debilidad de la actividad ha reavivado las críticas al PEC. Hay consenso sobre la necesidad de alguna norma que garantice la disciplina fiscal en la UEM y que evite que algún país incurra en déficit excesivos forzando una política monetaria más restrictiva para el conjunto del área. Sin embargo, muchos de estos países han acusado al PEC de ser excesivamente restrictivo, y de fijarse sólo en el saldo público sin tener en cuenta las condiciones cíclicas, la composición del gasto, o las diferentes características de los países.