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Competencia

El Tribunal de la UE anula por segunda vez un veto de Bruselas a una fusión

El Tribunal de primera instancia de la UE anuló ayer la decisión de la Comisión Europea de prohibir la fusión entre las empresas francesas Schneider y Legrand. 'El análisis económico realizado por la Comisión adolece de errores y omisiones que lo privan de valor probatorio', afirma el tribunal en un comunicado de prensa. La sentencia reconoce a las empresas además que su derecho de defensa se violó gravemente durante el proceso.

El fallo se produce cuando la UE se encuentra en pleno proceso de revisión de su política de competencia. El comisario de Competencia, Mario Monti, desea que la reforma concluya antes de fin de año, pero la sentencia puede obligar a que la cirugía sea mucho más profunda.

La unidad de fusiones de la dirección general de Competencia sufrió en junio de este año la primera revocación de uno de los 18 vetos que ha impuesto en sus 12 años de historia. El Tribunal de Justicia de la UE anuló entonces la decisión de Bruselas de prohibir la fusión entre los operadores turísticos británicos Airtours y First Choice.

El fallo supuso poco más que una victoria moral para las empresas, porque se produjo tres años después de su frustrada operación, cuando la situación del mercado había cambiado completamente. Y la legislación comunitaria no prevé ningún tipo de indemnización, salvo que se demuestre una intencionalidad manifiesta en el error de la Comisión.

Pero la sentencia acabó con la imbatibilidad de los servicios de Competencia, que hasta entonces habían logrado la ratificación judicial en tres de las ocho prohibiciones recurridas hasta ahora ante el tribunal.

La balanza se inclinó ayer aún un poco más hacia las empresas con la anulación del veto impuesto por Bruselas a la fusión de los fabricantes franceses de componentes eléctricos Schneider y Legrand.

El próximo viernes la misma instancia judicial se pronunciará sobre el veto a la fusión de las empresas Tetra Laval y Sidel, que operan en el sector de envases y empaquetado. Y siguen pendientes los recursos contra la polémica prohibición de la opa de General Electric sobre Honeywell y de la fusión entre las operadoras estadounidenses de telefonía MCI Worldcom y Sprint.

La Comisión reconoce que 'las empresas recurren cada vez más al tribunal', aunque subraya que hasta ahora sólo cuatro decisiones (dos prohibiciones y dos autorizaciones) han sido anuladas. Desde septiembre de 1990 la Comisión ha analizado más de 1.800 operaciones de concentración. El equipo del comisario de Competencia, Mario Monti, analizaba ayer con cuidado la nueva sentencia, pues dispone de dos meses para recurrir.

El fallo de ayer se produce apenas un año después de la prohibición, decidida el 10 de octubre de 2001. Y menos de nueve meses después de que la Comisión exigiese a las dos empresas, el 30 de enero de este año, que iniciasen el proceso de separación de sus actividades.

Schneider y Legrand, cumpliendo con la legislación bursátil francesa, completaron la opa e iniciaron su integración sin esperar el visto bueno de las autoridades de Competencia. Su recurso ante el Tribunal de Justicia logró que Bruselas ampliase el plazo para su separación, que aún no ha expirado.

Las dos empresas celebraron ayer una victoria que 'confirma los análisis, la calidad y la seriedad del trabajo realizado (...) a lo largo de la discusión con los servicios de la competencia', según un comunicado de Schneider. La dirección de la compañía examinará las consecuencias de la sentencia, pero declina pronunciarse de momento sobre la posibilidad de intentar de nuevo una fusión que le daría el liderazgo mundial del sector.

La posibilidad existe, al menos sobre el papel, porque Schneider ha podido estrenar el procedimiento de urgencia instaurado para las decisiones de Competencia por el tribunal de Luxemburgo. Las empresas necesitarían, sin embargo, pasar de nuevo el examen de la Comisión.

Pero Schneider y Legrand pueden esperar en ese caso un procedimiento más equitativo que el que obtuvieron en la ocasión anterior, porque el Tribunal acusa a la Comisión de haber violado el 'derecho de defensa' durante la instrucción del caso.

El tribunal señala que la prohibición de la Comisión se basó en un razonamiento que no aparecía en el pliego de cargos enviado a las empresas, que perdieron así la ocasión de proponer soluciones adecuadas.

Schneider registró una facturación de 2.268 millones de euros en el tercer trimestre de 2002. Las ventas en Europa cayeron un 4,3%.

La sentencia alentará la reforma de los servicios de competencia

El Tribunal de Justicia de la UE ha vuelto a poner en entredicho la labor de la dirección general de la Competencia de la Comisión Europea. Este organismo sufre en los últimos meses intensas presiones para que reforme sus métodos de trabajo, y los dos varapalos judiciales recibidos (la anulación ayer del veto a la fusión de Schneider y Legrand y, en junio, la del veto a Airtours y First Choice) alientan los argumentos de los partidarios de una reforma sustancial. La principal crítica alude al papel de juez y parte que juegan los servicios de competencia en el análisis de las fusiones, una circunstancia criticada con acritud e ironía en las memorias de Jack Welch. El antiguo presidente de General Electric (GE) ha sido la víctima más famosa de los tres años de Mario Monti como comisario de Competencia. La unidad de fusiones de la dirección general de Competencia alcanzó su momento de gloria cuando abortó el año pasado la opa del coloso estadounidense GE sobre su rival Honeywell. Pero desde ese efímero cénit, su omnipotencia se ha visto seriamente atacada. 'La Comisión debe aceptar por fin que hace falta dotar al procedimiento de algún tipo de análisis independiente y objetivo', asegura un abogado especializado en competencia. Las empresas también exigen algún foro imparcial en el que puedan defender sus argumentos. En teoría existe, en forma de un comité de audiencia, dependiente del propio Monti, pero el primer responsable de ese órgano abandonó un puesto al que las voces críticas atribuyen un papel meramente decorativo. EE UU, por su parte, ha exigido que la Comisión modernice las técnicas de análisis de las operaciones de concentración. El organismo europeo ha aceptado incorporar economistas a un equipo instructor dominado por abogados. Y la UE ultima una reforma total de su política de competencia.

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