La OCDE recomienda a EE UU rebajar los tipos para impulsar el crecimiento
La recuperación económica de EE UU 'aún es frágil', según el informe publicado ayer por la OCDE. Las principales amenazas son la depreciación del dólar, el encarecimiento del petróleo, las turbulencias del mercado financiero, la consecuente reticencia inversora de los empresarios y la debilidad del mercado laboral.
Por eso, la OCDE alerta a la Reserva Federal: 'Es probable que las autoridades necesiten relajar más la política monetaria en el corto plazo'. Pero la organización alaba el 'gran estímulo monetario y fiscal' en EE UU, que ha permitido que la recesión haya sido 'sorprendentemente suave'. La OCDE prevé que el PIB estadounidense crezca el 2,5% este año y el 2,75% en 2003.
La Reserva ha reducido los tipos hasta el 1,75%, el nivel más bajo en los últimos 40 años. 'Teniendo en cuenta la marcada desaceleración de la inflación y la reciente debilidad de la demanda final, las autoridades tienen margen de maniobra suficiente para esperar a que la recuperación sea más clara, antes de modificar su política monetaria hacia una posición más neutral', señala la OCDE.
El informe aporta otro argumento más: el auge de la productividad. La fuerte caída de los costes laborales unitarios permite que 'la economía pueda expandirse a un ritmo anual del 3% sin aumentar la inflación'.
La OCDE también recomienda a la Reserva que fije un objetivo de inflación, ya que 'reduciría la incertidumbre para inversores y consumidores'. Otra alerta es el deterioro de las cuentas públicas, que han pasado de un superávit del 2,5% del PIB hace dos años a un déficit del 1,5% en el año fiscal 2001. La OCDE prevé un déficit público del 3% en 2002.
Sobre los escándalos contables, los economistas de la OCDE recomiendan 'más transparencia e información sobre la estructura de los incentivos económicos ofrecidos a los ejecutivos y sus posibles impactos en los beneficios'.
Auge de la vivienda
Mientras la OCDE hace estas recomendaciones, en EE UU la caída de los tipos de interés y la consiguiente rebaja de las hipotecas (la hipoteca media de 30 años a tipo fijo ha caído en octubre por debajo del 6%, un porcentaje que no se recuerda desde principios de los setenta) siguen impulsando el mercado de la vivienda. En septiembre, la construcción de nuevas viviendas creció un 13,3% comparada con el mes anterior.
Según los datos del Departamento de Comercio, el ritmo anual de construcción ha pasado del 1,62 millones registrado en agosto a los 1,84 millones de septiembre y ocurre tras tres meses de caídas consecutivas. Hay que retrotraerse a los años de la presidencia de Ronald Reagan para ver estos crecimientos.
Los economistas, que han previsto un año récord en el mercado inmobiliario, tienen casi asegurada la fiabilidad de su pronóstico: los permisos de construcción que se conceden para los próximos meses han aumentado un 3,7% para el mes que viene.
Pero las buenas noticias para la economía americana no lo son siempre al 100%. Mientras los ciudadanos siguen consumiendo e invirtiendo en vivienda, el sector industrial sigue su camino a la baja, según los últimos datos hechos públicos ayer por la Reserva Federal. La producción industrial cayó en septiembre un 0,1%, tras la contracción del 0,3% de agosto. Por supuesto, la reducción viene acompañada de una caída de la capacidad industrial, que bajó una décima porcentual respecto al 76% registrado en agosto.
Desde 2001, la producción no caía durante dos meses seguidos. Este descenso refleja el temor de las empresas a poner en el mercado o en sus inventarios productos que no se van a vender. El problema es que esta situación retrasa la inversión en bienes de equipo, una decisión que está enfriando las posibilidades de una recuperación industrial.
La inversión industrial tardará en recuperar los niveles conocidos hace años, ya que muchas compañías han adaptado sus estructuras y han mejorado la productividad de éstas con menos gastos.