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Rechazo

El Gobierno venezolano se niega a convocar elecciones anticipadas

El Gobierno venezolano rechazó ayer las exigencias de la oposición de convocar elecciones anticipadas. Aproximadamente un millón de personas participaron ayer en una manifestación que, bajo el lema Toma de Caracas reclamó al presidente Hugo Chávez la convocatoria de comicios anticipados.

Rangel, vicepresidente del Gobierno, afirmó que 'es inconstitucional que pidan a Chávez que se vaya'. La concentración se desarrolló sin incidentes violentos, pese al temor por parte de oposición y Ejecutivo de que la protesta degenerase en enfrentamientos. La Policía Metropolitana garantizó la seguridad de los manifestantes, mientras que el Ejército se desplegó frente al Palacio Presidencial de Miraflores. Al comenzar la marcha, el ministerio de Defensa exigió a los convocantes que respetaran el compromiso de protesta pacífica y ordenó el despliegue de 'contrafrancotiradores' en las inmediaciones de Miraflores, 'para prevenir acciones contra la oposición'.

Horas antes de que se iniciase la marcha, un grupo de chavistas se enfrentó a los partidarios de la oposición, causando seis heridos. La alianza opositora Coordinadora Democrática también denunció cortes en diversas carreteras de acceso a la capital. El Gobierno rechazó de inmediato cualquier responsabilidad en esos incidentes. La tensión es tal que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, se pronunció ayer al respecto y pidió a los venezolanos: 'Paciencia y moderación, la solución a las diferencias debe buscarse respetando los principios de la democracia y la ley'.

Al término del recorrido de nueve kilómetros, el alcalde de Caracas y líder opositor, Alfredo Peña, señaló que la protesta se convirtió 'en la mayor manifestación de la historia del país'. Por su parte, Chávez envió un mensaje a sus enemigos: 'A pesar de que grupos minoritarios que durante años han abusado de privilegios y poder económico y mediático quieren dar al mundo la idea de que Venezuela está en una situación de ingobernabilidad, que nadie se preocupe. No habrá guerra civil porque la mayoría no quiere guerra'.

El grave deterioro económico ha espoleado la oposición al Gobierno. La crisis ha derivado en una contracción del PIB del 7,1% en el primer semestre del año y aumento del paro hasta tasas del 20%. La inflación interanual ha llegado al 28%, mientras que el bolívar ha perdido un 50% de su valor frente al dólar. Se multiplica así el encarecimiento del coste de la vida en un país donde el 80% de los productos de consumo son importados y crece sin parar el descontento contra Chávez.

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