La Comisión amonestará a Francia por su Presupuesto expansivo
El ministro francés se vio acorralado por sus 11 colegas, que cerraron filas con el comisario europeo de Economía, Pedro Solbes, y exigieron a los países que presentan el deterioro fiscal más grave (Francia, Alemania, Italia y Portugal) un compromiso de reducir el 0,5% anual su déficit estructural. Berlín, Roma y Lisboa apoyaron un acuerdo que, a cambio, les regala una prórroga de dos años, hasta 2006, para alcanzar el equilibrio fiscal.
La iniciativa de Solbes en favor de una interpretación más realista de los compromisos de consolidación presupuestaria logró aislar al ministro galo que, sin el apoyo de sus pares, se enfrentará en los próximos meses al inicio de un procedimiento de déficit excesivo (que incluye sanciones económicas) o a una reconvención pública como la que padeció Irlanda el año pasado. 'Disponemos de ambos instrumentos', señalan fuentes de la Comisión, 'y ahora sólo nos falta decidir cuál de ellos utilizaremos'.
La coordinación económica que exige una unión monetaria está a punto de cobrarse así su cuarta víctima política. Irlanda vio humillados en público sus Presupuestos; Alemania y Portugal sufrieron un conato de alerta rápida, que en el caso luso derivó finalmente a un procedimiento sancionador cuando su déficit público superó el límite del 3%; y sobre la República de Jacques Chirac se cierne ahora una combinación de ambas amenazas.
Los homólogos de Francis Mer subrayaron en un comunicado que 'los procedimientos para prevenir y corregir cualquier déficit excesivo el que supera el 3% deberán aplicarse de modo estricto y puntual'. Bruselas activó el sistema de alerta rápida cuando el déficit alemán se situó en el 2,6% y el portugués en el 2,2%. Francia prevé para este año y el próximo un 2,6%.
Solbes aseguró que no hay 'ninguna decisión tomada' sobre el caso francés, pero advierte que su veredicto podría producirse al hilo de las nuevas previsiones económicas de la CE, que se publicarán el próximo 13 de noviembre.
Los ministros recordaron además a Francia que la revisión de los próximos programas de estabilidad, prevista para comienzos de 2003, determinará 'si los Gobiernos muestran esfuerzos suficientes para ajustar' los desvíos presupuestarios. De no ser así, el Consejo de Ministros de la UE puede pedir públicamente al ministro afectado que corrija sus planes presupuestarios, una injerencia en la política interna que sólo es soportable en aras de la unión monetaria. El comisario Solbes ya indicó ayer que en los planes presupuestarios del Gobierno francés 'no hay un esfuerzo significativo de reducción del déficit, ni nominal ni estructural'.
Ritmos diferentes
Mer defendió que 'tenemos el mismo objetivo, pero con ritmos diferentes'. El francés se niega a contener el gasto público en 2003, porque considera prioritario reactivar la actividad económica. 'Ahora descubrimos', señaló, tras una tensa reunión de más de cinco horas que concluyó a la 1.30 de la madrugada del martes, 'que la realidad es más compleja que lo que preveía el Pacto de Estabilidad'.
'La coordinación de las políticas económicas es exactamente esto que estamos viviendo', afirmó el ministro español Rodrigo Rato, que no descartó nuevos rifirrafes en un futuro próximo. 'Desde el punto de vista español defendemos que hay que abordar las reformas necesarias para incrementar la capacidad de crecimiento y mantener la consolidación fiscal', afirmó Rato.
El ministro prefirió no especular sobre la posibilidad de una inminente amonestación a Francia, pero subrayó la presencia de 'una posición muy fuerte' en el seno del Eurogrupo. El propio Rato se abstuvo, al menos en público, de repetir las críticas a la iniciativa de Solbes de retrasar el equilibrio fiscal hasta 2006.
Solbes ha obtenido de momento el capital político necesario para iniciar una acción contra un país de la envergadura de Francia. Su anterior intento de lanzar una advertencia a Berlín se topó con el rechazo de los ministros de Economía, que desautorizaron a la Comisión. Esta vez el apoyo del Consejo parece ganado, salvo que se quiebre el consenso en los próximos meses. 'Se trataba de aislar a Francia y lo hemos conseguido', afirman fuentes de la Comisión.
En juego, como ha subrayado Pedro Solbes, no se encuentra sólo el Pacto de Estabilidad, sino el propio modelo de construcción europeo. 'La cuestión', destaca el comisario, 'es si una decisión adoptada en Bruselas por todos los gobiernos puede o no modificarse unilateralmente por un país'. Y Pedro Solbes reflexiona: 'Si es así, estamos poniendo en tela de juicio todo el proceso de coordinación'.