Las autoridades de Competencia quieren coordinar sus actuaciones
Los documentos presentados en este foro, celebrado el sábado y domingo en Nápoles (Italia), indican que la notificación de una fusión en 10 países distintos puede suponer 200.000 euros en papeleo y asesoría legal. Tan sólo el examen en profundidad por parte de la Comisión Europea (al que se enfrentaron operaciones como EMI-TimeWarner o General Electric-Honeywell) puede exigir la contratación de cuatro despachos de abogados y la factura final puede alcanzar los 400.000 euros. Por cierto, en el caso de General Electric (GE) y Time Warner el gasto no impidió que el comisario europeo de Competencia, Mario Monti, abortara ambas operaciones.
Monti figura entre los principales promotores del International Competition Network, una red todavía virtual que desde su fundación en 2001 ha facilitado la cooperación entre las diferentes autoridades de competencia. De los 14 socios fundadores (entre ellos la Dirección General de Competencia de la Comisión) se ha pasado a 70 miembros activos que representan a 60 jurisdicciones. La cita de Nápoles se repetirá anualmente a partir de ahora y las posiciones de consenso alcanzadas servirán tanto como referencia para toda la red de organismos como de contribución a las negociaciones de la Organización Mundial de Comercio.
La conferencia ha sentado los principios de transparencia y ecuanimidad que deben comprometerse a respetar los organismos supervisores. Y desde el respeto a la soberanía de cada jurisdicción, la conferencia a instado a la coordinación entre las diferentes autoridades cuando analicen una misma operación, así como a la convergencia entre los criterios utilizados para evaluar el impacto de un proceso de concentración. Las alarmas sobre un peligroso alejamiento entre las distintas doctrinas de competencia sonaron en julio de 2001, cuando Bruselas prohibió por primera vez una operación entre dos empresas estadounidenses (GE-Honeywell) que habían recibido el visto bueno de Washington. Desde entonces, Monti y Charles A. James, asistente del fiscal general de EE UU, han mantenido repetidos contactos para intentar aproximar posiciones.
El embrión de un organismo multilateral
Los organismos participantes en la conferencia de Nápoles sobre política de competencia presentan pocos rasgos en común. 'Ninguno es idéntico al otro', asegura un experto de la Comisión Europea. 'Los hay que son independientes, los hay paragubernamentales o los hay que están integrados en un ministerio', añade. España, sin ir más lejos, cuenta con dos organismos de Defensa de la Competencia, un tribunal y una dirección general, con estructura y misiones diferenciadas.
La mayor coincidencia entre las 60 delegaciones que acudieron a la cita italiana probablemente estribe en la reticencia de todas ellas a crear un nuevo organismo, esta vez, multilateral. Ni siquiera la Comisión, que aboga desde hace meses por una coordinación internacional, considera madura la idea. 'De momento', afirman fuentes del departamento comunitario de Competencia, 'somos mucho más partidarios de mantener el carácter virtual de la Red Internacional de Autoridades de Competencia'. El comisario Mario Monti recordaba este mes en Copenhague que la Red todavía no dispone siquiera de secretariado ni número de fax. La red avanza inexorable hacia una estructura más formal y aunque cada Estado todavía sufraga su parte, en Nápoles ya se ha discutido la futura financiación.