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Debilidad

El FMI rebaja al 3,7% la previsión de crecimiento mundial en 2003

El FMI es muy claro en sus explicaciones. Se espera que continúe el crecimiento, pero éste será más lento de lo previsto y el camino está plagado de problemas sin resolver y nuevas incertidumbres. Entre ellos, la caída del mercado de valores, la complicada situación de los mercados emergentes, particularmente Latinoamérica y Turquía, y el posible conflicto bélico en Irak, que reducen las perspectivas de crecimiento por su negativo impacto en la confianza. 'En suma', dijo ayer jefe de análisis del FMI, Kenneth Rogoff, 'somos cautelosamente optimistas sobre la recuperación mundial, pero ponemos mucho énfasis en la cautela'.

Y es que si 2002 no va a ser un peor año de lo que se esperaba es porque el crecimiento registrado en el primer trimestre fue muy fuerte, particularmente en Norteamérica y Asia; porque el precio del crudo se mantuvo estable al principio del año, y porque la estructura financiera mundial aguantó bien el embate de la recesión y los ataques terroristas. En el lado positivo, la inflación, que continúa contenida en la mayor parte de los países desarrollados. 'No podemos celebrar la muerte de la inflación', dijo Rogoff haciendo uso de la cautela prometida.

Pero en conjunto, los datos positivos se han deteriorado en la segunda mitad del año. 'Algunas circunstancias que se han desarrollado al final del primer trimestre han intensificado las preocupaciones sobre la duración y sostenibilidad de la recuperación', dice el informe de perspectivas del Fondo. 'Los mercados financieros se han debilitado significativamente, y las Bolsas de los países industrializados han caído de forma drástica y sincronizada desde marzo debido a las peores previsiones de resultados de las empresas, las proyecciones de una recuperación más lenta y los escándalos contables en EE UU', explica el informe. El organismo destaca que la caída de las Bolsas tiene peores repercusiones sobre la demanda en EE UU que en Europa y Japón.

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El crecimiento menor de lo esperado va a forzar a los Estados a adoptar 'políticas acomodaticias' y si los datos que se vayan conociendo muestran más problemas de los previstos, 'debería considerarse una relajación de la política monetaria adicional'. Entre las recomendaciones del Fondo se recoge una que ya verbalizó su director general, Horst Köhler, la necesidad de corregir los desequilibrios globales y reducir la dependencia mundial de una sola locomotora económica, EE UU.

Esta situación 'es un serio riesgo para la economía mundial'. El FMI no sólo pone énfasis en el reequilibrio de fuerzas, sino también en el hecho de que la locomotora muestra síntomas de registrar inesperadas frenadas. De hecho, las previsiones para EE UU muestran una drástica caída del PIB con respecto a las anteriores. Se espera que 2002 finalice con un crecimiento del 2,2%, una décima menos que lo proyectado en abril, y que el próximo año se cierre con un avance del 2,6%, ocho décimas menos que lo pronosticado.

Para el FMI los problemas en EE UU se centran en los mercados de valores, el crecimiento de los déficit, 'que son insostenibles', y la sobrevaloración del dólar, que aún no ha sido corregida a pesar de 'la depreciación ordenada que se ha producido hasta ahora'. El Fondo advierte que la recuperación de la locomotora será más lenta de lo previsto y que incluso puede deteriorarse si continúa la caída de los valores en Bolsa y la inversión empresarial no empieza a despegar.

Japón mejora, pero poco

A pesar de la situación de EE UU, ponerse a su altura no va a ser fácil para las economías más fuertes del planeta. Japón parece que ha estabilizado su situación después de que el país ha pasado 'la tercera y peor recesión de los últimos 10 años', en palabras de Rogoff. Para este país se espera que el PIB siga en números rojos, un -0,5% en 2002, para recuperarse modestamente en 2003 y llegar a un 1,1%. Es uno de los pocos países desarrollados cuyas previsiones mejoran. No obstante, siguen las advertencias que instan a una reforma de los mercados financieros y la salida de la situación deflacionaria, a la vez que se mantienen las dudas sobre las recetas económicas planteadas.

Tampoco Europa puede convertirse en breve en el protagonista del reequilibrio global, ya que, según el Fondo, el crecimiento se desacelera en la región con respecto a las estimaciones de abril. Rogoff subrayó la necesidad de que Alemania aplique reformas en su mercado laboral.

Sobre lo que el FMI prefiere no pronunciarse es sobre los efectos de una guerra en Irak. 'Es difícil pronosticar estas variables. Basándonos en nuestra experiencia en la anterior Guerra del Golfo, sabemos que una subida de precios del petróleo similar puede rebajar el crecimiento mundial hasta un 1,1% ', afirmó Rogoff.

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