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La opinión
Tribuna
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Nuevos expertos para el mercado

En junio de 2002 ha salido al mercado de trabajo la primera promoción de licenciados en Ciencias del Trabajo, después de haber cursado los dos cursos de esta nueva carrera universitaria. Esta licenciatura es uno de los últimos títulos oficiales introducidos en el catálogo universitario español, y va a suponer la entrada en nuestro mercado de unos nuevos profesionales con una completa formación en cuestiones laborales, dispuestos a ocupar puestos de trabajo relevantes dentro de nuestras empresas y Administraciones públicas. Se trata de una buena noticia para quienes nos dedicamos profesionalmente a las relaciones laborales, entre otras razones, porque coloca a nuestro país a la vanguardia mundial en la enseñanza universitaria de los temas relacionados con el mundo del trabajo.

España ha supuesto, desde el punto de vista de la formación en temas laborales, una rareza. Mientras que en el resto de Europa los programas de formación específicos sobre esta cuestión son pocos, y sólo en tiempos recientes han comenzado a generalizarse, en nuestro país tenemos una tradición que se remonta a los años veinte. Bien es verdad que estos estudios tuvieron un origen muy particular, las llamadas escuelas sociales, creadas por el Ministerio de Trabajo a principios de esta década, con una finalidad de formación obrera y de creación de cuadros técnicos para la Administración laboral.

Al margen del sistema universitario, fueron la vía a través de la cual se inició en España la enseñanza de temas como la organización científica del trabajo o el mismo derecho del trabajo y de la seguridad social. Por esos mismos años, sólo en los EE UU se podía encontrar formación similar, en el país donde se inventaron los estudios de recursos humanos y de relaciones laborales.

Los estudios de graduado social se desarrollaron y evolucionaron desde este origen remoto hasta llegar a su situación actual. En los años ochenta se integraron en el sistema universitario público, incluyéndose en el catálogo oficial de titulaciones académicas la de graduado social diplomado. Así se han extendido por todas las universidades, hasta el punto de que hoy la gran mayoría de éstas la ofrecen, siendo una de las carreras con mayor número de estudiantes del país. Desde el punto de vista de sus contenidos, éstos se han venido completando y actualizando, incluyendo una formación jurídica y empresarial bastante sólida. A principios de los noventa experimentaron una transformación en profundidad, creándose el título de diplomado en Relaciones Laborales, que ha ido sustituyendo al antiguo de graduado social diplomado.

Por el camino, estos estudios han creado una nueva profesión colegiada, la de graduado social, de gran éxito y prestigio, que compite con otros colectivos ofreciendo servicios especializados en las relaciones laborales. Profesión paralegal, con escasos equivalentes en otros países, en el nuestro se ha consolidado como elemento central de nuestra práctica laboral. Tras este desarrollo, una nueva fase la ha constituido la ampliación de estos estudios, que hasta hace muy poco eran exclusivamente de primer ciclo, con la creación de un segundo ciclo que finalmente ha llevado la denominación de licenciatura en Ciencias del Trabajo. Esta nueva licenciatura, de sólo segundo ciclo, se está convirtiendo en un auténtico boom. Esta licenciatura ofrece un número amplio de asignaturas, de diverso contenido, que permiten una visión completa del fenómeno laboral, desde todos los puntos de vista. El resultado final de estos estudios no es la formación de una profesión o perfil laboral determinados. De lo que se trata es de ofrecer al mercado auténticos expertos en esas ciencias del trabajo que tanta importancia tienen en nuestras sociedades, con una marcada polivalencia. Con ello, la universidad responde a la demanda social de estos profesionales y cumple su función como servicio público de calidad.

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