Los ingresos por exportaciones centran el ajuste fiscal que Argentina llevará al FMI
El plan macroeconómico que el Gobierno argentino presentará al Fondo Monetario Internacional (FMI) basa su viabilidad en el éxito del sector exportador, impulsado por la competitividad generada por la devaluación del peso. El acuerdo financiero incluirá un superávit primario del 0,7% del PIB (unos 690 millones de dólares, cifra similar en euros), según reconoció ayer un portavoz del Ministerio de Economía.
El jefe del gabinete de ministros, Alfredo Atanasof, afirmó que la estabilidad del dólar, que se cambia a 3,6 pesos, y la mejora de sectores industriales exportadores 'muestra las ventajas competitivas de la devaluación'. Desde que se abandonó la paridad con el dólar, el peso se ha depreciado un 70%.
Argentina debe cerrar urgentemente un acuerdo con el FMI. En septiembre el Ejecutivo tiene que cancelar vencimientos con el Fondo por 2.000 millones de dólares. Las reservas del Banco Central se encuentran ya por debajo del límite de 9.000 millones de dólares, el suelo sugerido por el FMI. La recaudación fiscal volvió a mejorar en julio, tras las fuertes caídas registradas hasta abril. Pero la depreciación del peso hace que los ingresos tributarios asciendan a 1.300 millones de dólares al cambio actual. Por el lado doméstico, la situación es pésima. En el primer trimestre, el consumo privado cayó un 21% en tasa interanual. Las caídas de la inversión privada y pública fueron en ese periodo del 46% y la de la demanda local del 24%. Por contra, las exportaciones registraron un alza del 5%.
De ahí que sólo un fuerte impulso del sector exterior permita cumplir los objetivos marcados. Un estudio apunta que el peso podría caer a 4,5 unidades por dólar si continúa saliendo dinero del corralito por los amparos judiciales.
Por ahora, las autoridades intentan que la divisa no se dispare. El Banco Central redujo ayer de 500 a 300 dólares la cuantía máxima que quien no sean clientes de un banco puede cambiar en entidades vinculadas a la autoridad monetaria. El objetivo, evitar una demanda del dólar que hunda la cotización del peso.