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Bancarrota

La crisis aérea estadounidense lleva a American a despedir a 7.000 empleados

El presidente de American Airlines, Donald Carty, declaró que las medidas forman parte de un plan para lograr que la aerolínea, la primera compañía aérea del mundo, sea rentable en un mercado 'no demasiado propicio para la industria de la aviación comercial'.

En realidad, la industria en Estados Unidos pasa por uno de los peores momentos de su historia, incapaz de superar la crisis en la que el sector se ha sumergido tras los atentados terroristas del 11 de septiembre, que ha elevado las pérdidas y deudas que con anterioridad ya recogían los libros de las compañías.

American Airlines anunció ayer un agresivo plan de reducción de costes para afrontar las pérdidas millonarias registradas en el primer semestre del año, más de 1.000 millones de dólares, y afrontar la crisis.

La compañía, que el año pasado ya había anunciado el despido de 20.000 trabajadores, prevé suprimir 7.000 empleos hasta marzo de 2003 -el 40% de los despidos afectará a pilotos y tripulantes de cabina, según The Wall Street Journal-; retirará de su flota 74 aparatos Fokker 100 durante el año que viene y a partir de noviembre iniciará un recorte de capacidad que reducirá las plazas un 9% en relación al número actual de asientos. En rutas secundarias hacia Europa y América Latina suprimirá la primera clase para ampliar los asientos de clase económica. La compañía también retrasa la compra de nuevos aviones durante este año.

Carty señaló que la compañía ya ha adoptado una serie de medidas en los últimos 18 meses, como la simplificación de su flota y cambios en su sistema de distribución. La empresa espera ahorrar con esta reestructuración 1.100 millones de dólares. Las acciones de la empresa subían un 5,6% en la Bolsa de Nueva York a media sesión.

Suspensiones de pagos

La noticia se produce dos días después de que la séptima empresa aérea de Estados Unidos, US Airways, suspendiera pagos tras registrar pérdidas en todos los trimestres desde mediados de 1999.

La compañía ha informado que seguirá operando y ha recibido un préstamo bancario de 500 millones de dólares. El fondo de inversión Texas Pacific aportará otros 200 a cambio de adquirir el 38% de la aerolínea cuando ésta salga de la suspensión. David Siegel, consejero delegado de US Airways, señaló ayer que la empresa puede anunciar nuevos despidos a lo largo del año.

Pero a US Airways le pueden acompañar más compañías aéreas en la senda de la suspensión de pagos antes de que termine el año. La segunda aerolínea de Estados Unidos, United Airlines, pasa por dificultades financieras que pueden obligarla a acogerse al capítulo 11 de la ley de quiebras estadounidense.

La compañía, que ha perdido 850 millones de dólares en la primera mitad de año, ha recibido la negativa de las autoridades para lograr un préstamo garantizado por el Gobierno de Bush de 1.800 millones de dólares.

El Congreso estadounidense aprobó tras los atentados del 11 de septiembre ayudas para el sector por valor de 5.000 millones de dólares y la posibilidad de que las compañías lograran préstamos garantizados por el Gobierno por un valor total de 10.000 millones.

United Airlines 'suspenderá pagos este año' si no consigue financiación y emprende una mayor reducción de gastos, afirma Jim Corridore, analista consultado por Bloomberg. Las aerolíneas estadounidenses deben 'encontrar el camino para ahorrar costes. O no necesitamos tantas compañías', declaró a la agencia otro analista.

Las compañías tratan de reducir costes a través de alianzas. United Airlines y US Airways mantienen un pacto de colaboración para vender billetes conjuntamente. Norhwest y Delta Airlines han iniciado conversaciones para alcanzar una alianza similar.

Pero las autoridades miran con lupa estos movimientos. Las colaboraciones entre distintas aerolíneas, sumado a las ayudas gubernamentales, pueden ir contra del desarrollo de la competencia en ese mercado.

Las compañías tratan de llegar a acuerdos con sus pilotos

 

 

 

 

 

 

 

 

Los sindicatos de pilotos son fuertes en Europa y también lo son en Estados Unidos. Las compañías aéreas difícilmente pueden adoptar decisiones sobre sus plantillas sin antes obtener la aprobación de los pilotos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El plan de reestructuración de US Airways, que el lunes anunció suspensión de pagos, no se llevaría a cabo si 2.824 pilotos de la aerolínea no hubieran dado su visto bueno, la semana pasada, a las medidas presentadas por los directivos, frente a 908 que se negaron a aceptarlas. 'æpermil;ste es uno de los pasos que tenemos que dar para volver a los beneficios', afirmó el presidente de la compañía, David Siegel, en un comunicado. El presidente del sindicato, Chris Beebe, aseguró que el acuerdo con la directiva supone un 'tremendo sacrificio para los pilotos'. La aerolínea negociará un convenio aparte con los mecánicos y otros trabajadores, como los dedicados a las tareas de venta de billetes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

United Airlines, la segunda aerolínea de Estados Unidos, también trata de llegar en estos momentos a acuerdos con sus trabajadores para evitar, según los analistas, la suspensión de pagos. Aunque los pilotos han accedido a un recorte de sus salarios, el 55% de la totalidad de la compañía está en manos de sus empleados, por lo que las negociaciones serán complicadas. 'Hemos dejado muy claro a la dirección que no espere más recortes', subraya un representante de 35.000 trabajadores de la aerolínea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

American Airlines también negoció con los pilotos la reducción de la edad de retiro de los 62 años a los 60. Pero la medida no ha evitado que ayer la empresa anunciara el despido de 7.000 personas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pero prescindir de un piloto puede ser una operación tan cara que realmente no sea rentable. Continental Airlines acabó este año por desestimar su plan para despedir a 100 pilotos por el elevado coste.

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