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Conflicto

Los temores de las empresas españolas en Marruecos

El conflicto del islote de Perejil ha retraído la llegada de turistas españoles al país, con efectos negativos sobre la economía. Pero las que están realmente preocupadas por la evolución de las relaciones bilaterales son las compañías españolas con intereses allí

Una relación de amor y odio. La frase resume bien los intercambios económicos y comerciales entre Marruecos y España, según explica Imed Laiti Hsaybi, un consultor de inversiones en Marruecos que tiene más de catalán que de marroquí. Muchas empresas se interesan por el vecino del sur, conscientes de las buenas oportunidades que ofrece tanto para vender como para invertir. Sin embargo, las relaciones políticas bilaterales son un constante foco de sustos para los inversores. 'El conflicto del islote de Perojil, en honor a un almirante español, y no del Perejil como se ha llamado en España, es un caso más de las relaciones entre ambos países', declara Laiti. El discurso de Mohamed VI reclamando Ceuta y Melilla es más de lo mismo.

En el norte de Marruecos, en Assilah, un centro turístico de playas vírgenes a 40 kilómetros de Tánger, los conflictos hispano-marroquíes preocupan especialmente. Aunque el pueblo atrae preminentemente al turista nacional, entre los extranjeros que la visitan los españoles son mayoría. Sin embargo, en estos días la presencia de españoles es casi nula, aunque los últimos días de julio empezó a oírse hablar español en la medina de la población. Tanto en la agencia de viajes local como entre los que alquilan las casas de la medina cunde el desánimo. Para unos y otros la temporada estival, la única fuente de ingresos para muchas familias de Assilah, está perdida en lo que a turismo español se refiere. El hueco se ha cubierto con turismo marroquí, de menor poder adquisitivo.

El efecto económico no sólo ha afectado al norte de Marruecos. Fréderic Myara, de Sport Travel, una empresa de Marraquech con oficina abierta en Barcelona que canaliza turismo de alto poder adquisitivo a Marruecos, coincide en el daño causado al turismo marroquí por la pérdida de visitantes españoles.

Pero el conflicto del Islote de Laila o de Perejil no sólo ha tenido consecuencias sobre el turismo. Las empresas españolas con intereses en Marruecos o las que están pensando en invertir en el país también están preocupadas.

Imed Laiti canaliza muchas inversiones españolas en Marruecos, especialmente catalanas, ya que tiene un acuerdo con la Generalitat para apoyar empresas de esta región que quieren invertir en el país magrebí. Laiti explica que el efecto de Perejil ha sido distinto según el conocimiento de las empresas españolas sobre Marruecos. Las más afectadas son las que están pensando en invertir en aquel país. æpermil;stas sufren la contradicción de tener un gran interés, pero a la vez, muchas dudas por la 'fragilidad política del país y su complejidad', en palabras de Laiti. Una de las dudas principales es que Marruecos termine en un conflicto similar al de Argelia. Perejil ha ayudado poco a estas empresas, que a sus miedos suman ahora el temor a unas malas relaciones bilaterales.

Es el caso de algunos inversores españoles del sector turístico. El primero es el de la empresa catalana Renta Antigua, que tiene prevista una inversión de 245 millones de euros en un complejo turístico entre Tánger y Assilah que incluye 12 hoteles. Estos días, los responsables de la empresa española han llamado varias veces a Laiti para manifestar sus temores, aunque también para confirmar sus intenciones inversoras.

Un caso distinto es el de un grupo hotelero balear interesado en Marruecos, pero que está en una fase muy previa. Sus dudas se confunden con las buenas perspectivas económicas que ven en Marruecos.

El pachá de Assilah, cargo público que implica la representación del rey y del Gobierno en la zona, Medí Mouriz, declara a título personal y nunca como funcionario, que 'lo importante no es el deterioro económico que suponga el conflicto, sino el punto de vista humano. El tiempo perdido como vecinos y amigos', declara el pachá.

Mouriz, cuyo despacho está en las antiguas dependencias de las autoridades españolas en los tiempos coloniales, se muestra dolido por la actitud colonialista de los españoles en estos días: 'Hay que tratar a Marruecos como un pueblo amigo y no como a una ex colonia', declara resumiendo el sentir de muchos marroquíes.

Los armadores se asocian

Pero si Perejil asusta a los empresarios españoles más novatos en el país, no amilana a los que lo conocen bien. Un buen caso es el de los pesqueros españoles, especialmente gallegos y andaluces, que dejaron de faenar al no renovarse el acuerdo de pesca.

El representante de los armadores marroquíes en Assilah y miembro del consejo local confirma que en las próximas semanas se cerrarán acuerdos empresariales, al margen de los Gobiernos. Se cumplirán las exigencias marroquíes: se crearán sociedades mixtas con un 51% de capital marroquí; el puerto de desembarque será Tánger y el pescado se trasladará a España en camiones.

Son intereses españoles en Marruecos que se sumarán a las casi 800 empresas españolas instaladas en el país como Tous, que tiene un taller con 30 personas pero que podría ampliarlo hasta 300, Roca, Saba, Cepsa, Indo, Inditex, Dragados, Endesa, Mango, Sol Meliá o Telefónica, que se hizo con Maroc Telecom.

La empresa que preside César Alierta desembolsó más de 110.000 millones de pesetas en el proceso de privatización, aunque no es su único negocio en Marruecos. Tienen instalado en Tánger un centro de llamadas para el 1003 que dispone de 90 personas trabajando, pero que podría llegar a las 2.000. Una buena parte de las consultas de números telefónicos que se hace desde cualquier lugar de España se contesta en la ciudad del norte de Marruecos.

O los muchos intereses agrícolas de españoles en el país, cuyas naranjas y tomates se embarcan hacia España, donde son reetiquetadas y vendidas como producto nacional.

Pero a pesar de la cercanía, España no es ni de lejos la principal inversora en el país magrebí. Según los datos de la Dirección de Inversiones Exteriores de Marruecos, en 2001 los principales inversores fueron los Países Bajos, con un 35%; seguido de Francia, con un 25%, y Portugal, con un 15%. España ocupa el cuarto puesto con un 9%, similar a Gran Bretaña.

Ponerse nombres en inglés

 

El temor de algunos empresarios a desvelar su origen español ha empezado a calar entre los que menos tiempo llevan realizando negocios con Marruecos. 'Estamos trabajando con un grupo industrial del norte de España muy importante, pero del que todavía no puedo dar el nombre porque el proceso no está cerrado, aunque sí muy avanzado', señala el consultor Imed Laiti.

 

 

 

 

 

 

 

Este grupo, a diferencia de la mayoría de las empresas españolas, no se limitará a fabricar en Marruecos para luego vender en otros países. Su intención es comercializar su producción en el país. A los pocos días de suceder el conflicto del islote, llamaron de la empresa a Laiti y le comunicaron que seguían interesados en la inversión, pero que iban a cambiar el nombre de la compañía.

 

 

 

En lugar de un nombre español, van a denominar la nueva empresa con un nombre en inglés ante el temor de que lo español empiece a no estar bien visto en Marruecos. Imed Laiti no cree que esto vaya a suceder, pero respeta la decisión de sus clientes.

 

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