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Comercio

La UE vuelve a retrasar las sanciones a EE UU por los aranceles del acero

La Comisión Europea se ha dado por satisfecha con la última lista de exclusiones arancelarias enviada por el Gobierno estadounidense, en la que se exime a otros 14 productos de los incrementos arancelarios de hasta el 30% decretados por George Bush.

Las concesiones ofrecidas en la mañana de ayer, horas antes de que expirara el plazo para que Bruselas se pronunciase sobre las posibles sanciones, equivalen a 90.000 toneladas de acero, con un valor aproximado de 60 millones de dólares.

En total, Washington ha excluido ya 261 tipos de productos, que en las exportaciones europeas pueden suponer 420.000 toneladas con un valor aproximado de 290 millones de dólares. La UE exportó a EE UU cuatro millones de toneladas. La decisión de Bush, según indicó la Comisión Europea, no sólo cerró el mercado estadounidense, sino que amenazó con inundar al europeo con 15 millones de toneladas procedentes de terceros países. Bruselas blindó sus fronteras para evitar una posible caída de precios y anunció sanciones casi inmediatas contra EE UU por valor de 379 millones de dólares y unas compensaciones de 2.300 millones si la OMC considera ilegales los aranceles estadounidenses.

Bruselas aceptó ayer aliviar la presión. 'La última decisión de EE UU ha pesado en el ánimo de la Comisión', indicó el Ejecutivo comunitario, que recomendó a los Quince que retrasasen la imposición de cualquier sanción. Los representantes de los Estados miembros aceptaron inmediatamente la propuesta, sin necesidad de esperar al Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores que se celebra en Bruselas el próximo lunes. De hecho, en el consejo hubiera sido prácticamente imposible conseguir los votos necesarios para imponer unas represalias a las que se oponen Reino Unido, Alemania, Suecia, Holanda, Dinamarca e Irlanda.

'Nuestro trabajo es defender los intereses de la UE de la manera más efectiva para conseguir nuestros objetivos', justificó el retraso el comisario de Comercio, Pascal Lamy, en un comunicado de prensa desde Nueva Zelanda. El aplazamiento, sin embargo, elimina casi toda probabilidad de que la UE pueda imponer sanciones antes de que Ginebra se pronuncie sobre la legalidad de la medida estadounidense.

El valor de las exenciones conseguidas se aproxima ya a las sanciones que debían entrar en vigor a partir del 1 de agosto. La UE no volverá a pronunciarse sobre el asunto hasta el 30 de septiembre. Bruselas asegura que aún habría tiempo para decretar represalias antes de las elecciones al Senado estadounidense (en noviembre), a las que se culpa de la decisión de George Bush.

Aunque la CE se anota la victoria, EE UU parece haber acompasado sus concesiones a la necesidad de importaciones más baratas para su progresiva recuperación económica. Grant Aldonas, vicesecretario de Comercio estadounidense, declaraba desde EE UU horas antes de las últimas concesiones: 'No siento presión alguna de los europeos'. La continua revalorización del euro, casi el 10% desde que se incrementaron los aranceles, también puede haber contribuido a la decisión estadounidense.

La iniciativa de Bruselas de lanzar conversaciones multilaterales para pactar una reducción de la producción de acero tampoco parece avanzar mejor. El director general de la OMC, Mike Moore, se mostró ayer muy cauto sobre la participación de Ginebra en esas hipotéticas conversaciones.

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