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Comercio

La CE mantiene la amenaza de sanciones contra EE UU por el acero

La Comisión Europea calificó ayer de 'manifiestamente insuficientes' las excepciones ofrecidas por EE UU para que las acerías europeas esquiven en parte el impacto de los incrementos arancelarios aplicados por Washington desde el pasado 20 de marzo.

Bruselas remitió ayer un informe al Consejo de Ministros de la UE en el que mantiene su propuesta de aplicar medidas de represalia contra las exportaciones de EE UU por valor de 379 millones de euros. La propuesta será estudiada por los ministros de Asuntos Exteriores de la UE el próximo lunes 22, aunque ya son conocidas las reticencias de Reino Unido y Alemania a tensar las relaciones comerciales con Washington.

EE UU ha ido ampliado sucesivamente, hasta cuatro veces, la lista de productos a los que no aplicará la subida de aranceles, en un intento tanto de calmar las relaciones con la Unión Europea como de aliviar la creciente demanda de acero en su revitalizada economía, que su propia producción no es capaz de satisfacer. En total, Washington ya ha eximido del aumento de aranceles a 247 tipos de productos, que en las exportaciones europeas se traduce en 330.000 toneladas con un valor aproximado de 230 millones de dólares.

El conflicto también se ha agravado porque Washington se resiste a conceder a la UE compensaciones en forma de aranceles más bajos en otro tipo de productos. Las negociaciones en este sentido no han avanzado un ápice desde marzo y, mientras, las denuncias contra EE UU ya suman a siete países en el seno de la OMC.

El informe de la Comisión concluye, en cualquier caso, que el proteccionismo está causando más daño 'a la industria y los consumidores de EE UU', manteniendo los precios artificialmente altos, 'que a la Unión Europea'.

Solución internacional

La CE reconoce que una supresión de las medidas proteccionistas de EE UU provocaría un colapso de los precios del acero en EE UU, abocando a una nueva crisis del sector a escala internacional.

Pero Bruselas se niega a aceptar unos aranceles que considera ilegales y que espera sean condenados por la Organización Mundial del Comercio (OMC). La Comisión propone como solución lanzar 'una iniciativa internacional' para atajar los 'problemas subyacentes de la industria mundial del acero', eufemismo que alude a los excedentes de producción en todo el planeta.

æpermil;se es, en teoría, el objetivo de un grupo de trabajo organizado para tal efecto en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pero los expertos allí reunidos no han logrado cerrar un acuerdo sobre el volumen global del recorte de la producción.

Por ello, el director general de Comercio de la UE, Peter Carl, anunció ayer en Ginebra que Europa está dispuesta a liderar tras el verano una iniciativa mundial bien en el seno de la OMC o en la OCDE para atajar la sobreproducción mundial de acero.

'Alguien tiene que tomar la iniciativa y espero que la Comunidad Europea será la que impulse un diálogo internacional sobre un acuerdo efectivo en la reducción del exceso de capacidad' en la industria, dijo Carl.

Los precios del acero han caído a mínimos de los últimos 20 años debido a la sobreproducción y para la UE resulta vital retomar la iniciativa para evitar una nueva crisis de la industria a principios del próximo año.

Bruselas asegura que el exceso de capacidad ha sido impulsado, en buena medida, por los subsidios domésticos.

Duro discurso contra los países en desarrollo

 

 

 

 

 

 

 

 

La agenda de liberalización comercial acordada el pasado mes de noviembre en Doha está siendo evaluada esta semana en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y EE UU y la UE han coincidido en sus críticas contra los países en desarrollo, pese a las diferencias que ambos mantienen en la negociación de la agenda.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estados Unidos ha defendido, a través del vicesecretario para comercio internacional, Grant Aldonas, que el 'comercio no va a ser la respuesta' para los países pobres, porque su principal problema es el alto grado de economía sumergida que afecta a estos países, que en algunos casos -alega- llega al 88% de la producción total. Un cambio en el discurso liberalizador que venía defendiendo Washington dirigido a respaldar la nueva política de ayuda al desarrollo impulsada por George Bush.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Europa, por su parte, sostiene que la ronda comercial no se finalizará en el plazo previsto (1 de enero de 2005) si los países en desarrollo persisten en sus posiciones y no favorecen la apertura de sus mercados al comercio de mercancías y servicios. El representante europeo, Peter Carl, acusó ayer a algunos países latinoamericanos, entre otros, de promover medidas proteccionistas de sus mercados.

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