Francia anuncia un ambicioso plan de privatizaciones para el próximo otoño
Francis Mer, ministro de Finanzas francés, aseguró ayer en una entrevista publicada en el periódico Les Echos que la decisión del Gobierno francés de proceder a un amplio plan de privatizaciones se iniciará previsiblemente en el próximo otoño, siempre que la situación de los mercados bursátiles así lo aconseje.
En lo que es ya la mención explícita más clara del Ejecutivo francés respecto a la disminución del peso público en las grandes empresas galas, Mer precisó que los planes de privatización más avanzados son los del fabricante de motores de aviación Snecma, pero igualmente se refirió a la decisión tomada ya por el Ejecutivo que dirige Jean-Pierre Raffarin de privatizar empresas como la aerolínea Air France, la entidad financiera Crédit Lyonnais y la eléctrica EDF.
Sobre esa empresa, Mer precisó que aún no hay fecha concreta, ya que 'antes hay que cambiar su estatus, dirigir la cuestión del fondo de pensiones de sus trabajadores alcanzando previamente un consenso con los sindicatos'. Indicó que la decisión de privatizarla es plena, pero el calendario no se ha fijado.
Sí detalló en mayor medida que la venta del 10% que el Gobierno pose en el capital de Crédit Lyonnais se materializará rápidamente, aunque precisó que está a la espera de las propuestas que le debe presentar el equipo directivo del banco antes de proceder a esta venta.
En este sentido, los analistas franceses aseguran que la oferta presentada por el también banco francés Crédit Agricole es la que cuenta con mayores posibilidades para hacerse con el 10%.
Otra de las empresas de la que el Gobierno francés también pretende desprenderse es el grupo fabricante de electrónica de defensa Thales. Su presidente, Denis Ranque, aseguró ayer que su empresa mejoraría mucho si el Estado cediera el 33% que controla en el accionariado.
En términos globales, el Ejecutivo pretende obtener por las ventas de sus participaciones un total de 40.000 millones de euros.
Mer también se refirió al delicado momento por el que atraviesa la compañía de telecomunicaciones France Télécom, ahogada por una deuda de 60.000 millones de euros, que pone hoy en cuestión el agresivo plan de expansión que llevó a cabo bajo el Gobierno de Lionel Jospin, y castigada severamente en Bolsa tras la rebaja, por las agencias de calificación, de la calidad de su deuda a niveles considerados como basura. El ministro francés quiso dejar claro que el Gobierno no pretende ni renacionalizar la compañía -en la actualidad posee un 55% del capital- ni privatizarla.
Sin dar más detalles, Mer sí precisó que la intención del Ejecutivo es reparar la empresa y ayudarla a encontrar una solución a sus problemas financieros. 'El Estado francés es un accionista responsable de France Télécom, y si tiene problemas, estamos dispuestos a a tomar medidas', dijo. Al mismo tiempo rechazó la idea de que esta ayuda se pudiera materializar a través de una ampliación de capital.
Las palabras de Mer tuvieron un impacto inmediato en la cotización de France Télécom, cuyos títulos cerraron con una revalorización del 12,34% hasta 13,84 euros, a pesar de que Standard & Poor's comunicó ayer su decisión de rebajar el rating de su deuda a largo plazo y situarla en el nivel considerado como basura. Standard & Poor's explicó que el grupo galo podría tener dificultades para refinanciar la deuda cuyas obligaciones se cumplen en 2003.