_
_
_
_
Crisis de confianza

Una organización ciudadana denuncia al vicepresidente Cheney y su ex empresa

Judicial Watch, una organización ciudadana con sede en Washington, demandó ayer por fraude contable al vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, a su antigua empresa, Halliburton, y a sus auditores, Arthur Andersen.

La organización considera que la compañía, fabricante de equipos para empresas petroleras, infló los ingresos 445 millones de euros desde 1999 hasta finales de 2001. Cheney fue consejero delegado de la empresa desde 1995 hasta el año 2000.

Esta organización cree que las prácticas contables de la compañía sobrevaluaron las acciones de la empresa, pero de una manera engañosa para sus inversores. Un caso que suena hasta la saciedad estos días. Enron, Worldcom, CMS, Dynegy, Reliant, Qwest y Merck, entre otras, están siendo investigadas bajo los mismos cargos.

Desde la Casa Blanca, su portavoz, Ari Fleischer, dijo que el vicepresidente cree que la acción judicial carece de base. Pero independientemente de la suerte que corra esta demanda, Halliburton es una más de las empresas que se han sumado a la ya larga lista de compañías investigada por la SEC por dudas sobre su contabilidad. El regulador de los mercados solicitó los libros a la empresa el pasado 28 de mayo, aunque de momento no ha sacado ninguna conclusión.

Es la segunda vez que Judicial Watch inicia un procedimiento contra Cheney. El anterior se puso en marcha a principios de año con el objetivo de solicitar las actas de sus reuniones con el lobby de la industria eléctrica para elaborar la desregulación del sector. También el Congreso denunció al vicepresidente por este motivo.

La acción se produce un día después de que el presidente Bush hiciera un llamamiento a la ética en un discurso en Wall Street para tratar de conjurar la crisis de confianza que sufre el país.

Pero también coincide con la fuerte polémica creada por las revelaciones de la venta de unas acciones de Harken Energy por parte del propio Bush. El presidente trabajó como ejecutivo de esta empresa y no reveló el alcance de la venta de unas acciones. Bush admitió que no sabía qué había pasado. Pero, saliéndose de la línea trazada por él mismo en el discurso en el que exigía transparencia a los ejecutivos, dijo que en contabilidad 'las cosas no son ni blancas ni negras'.

Más información

Archivado En

_
_