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Crisis de confianza

La fiscalía de EE UU abre una investigación criminal sobre la telefónica Qwest

Cuatro meses después de que la SEC, el regulador de los mercados, abriera una investigación sobre Qwest por presuntos problemas en su contabilidad, la justicia considera que hay motivo para investigar a la empresa desde un punto de vista penal. Fue el martes cuando la empresa fue informada por la fiscalía del comienzo de una investigación criminal, pero ni desde la compañía ni desde la propia oficina del fiscal en Denver -sede de la empresa- o el Departamento de Justicia se ha concretado más.

La investigación pone contra las cuerdas a una empresa muy afectada por la crisis del sector de las telecomunicaciones y con serios problemas para pagar una deuda que se calcula en 26.400 millones de dólares (26.691 millones de euros). La apertura de la investigación es especialmente grave porque a pesar de la casi cincuentena de escándalos contables que estudia la SEC, sólo Enron -para la que se abrió una investigación ex profeso desde la Fiscalía General del Estado-, Andersen, Imclone y Global Crossing están siendo objeto de semejante seguimiento por parte del Departamento de Justicia.

En el caso de Worldcom, se dijo que se consideraría la apertura de una investigación, pero aún no se ha hecho público ningún avance sobre esta intención.

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Los títulos de la operadora registraban una caída del 35% a media sesión ayer, pero en lo que va de año el valor de Qwest se ha depreciado un 88,1%. La mayor parte de esta caída se debe a la investigación abierta en marzo por la SEC. El regulador de la Bolsa ha querido comprobar cómo es posible que la empresa contabilizara unas operaciones de intercambios de capacidad de su red de forma distinta a sus rivales.

Por este mismo motivo, la oficina de la Fiscalía de Los Ángeles abrió una investigación a la ahora ya quebrada Global Crossing, con quien Qwest llegaba a estos acuerdos. Los inversores dudan que estos intercambios no fueran otra cosa que una forma de inflar la facturación. Qwest dijo entonces que su contabilidad era la apropiada y ayer poco más se quiso añadir salvo que se iba a colaborar en la investigación criminal ahora abierta.

Desde la SEC no se ha hecho pública ninguna conclusión sobre el caso Qwest a pesar del tiempo transcurrido, pero normalmente la fiscalía actúa sin perder de vista lo que hace la SEC, que es un órgano civil y no penal.

Qwest despidió a su consejero delegado Joseph Nacchio el mes pasado. Nacchio fue el responsable de la mayor parte del endeudamiento de la compañía, que en los últimos años había hecho fuertes inversiones en una capacidad que no ha sido amortizada por la crisis del sector.

En su lugar, la empresa está dirigida ahora por Richard Notebaert, que tiene la difícil misión de evitar que la compañía llegue a la suspensión de pagos. Los analistas creen que la empresa, cuya deuda ha sido ya calificada de basura por las agencias de calificación, tiene problemas para abonar 5.600 millones de euros de deuda que vencen el año que viene. Notebaert está tratando de vender algunos de los activos de la compañía, que el año pasado ya despidió a 13.000 trabajadores.

La empresa ha anunciado caídas de ventas en los últimos ocho trimestres. En el primer trimestre de este año, el descenso fue del 14%.

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