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Tribuna
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El último peaje antes de Europa

El sector español de autopistas está a punto de protagonizar, salvo sorpresas, un paso crucial. La unión de Acesa, Aurea e Iberpistas crearía un operador europeo de concesiones que habría alcanzado unas ventas en 2001 de casi 1.200 millones de euros, no lejos de los grandes grupos europeos de esta industria.

La operación implica, en primera instancia y tras el acuerdo de los accionistas de referencia, la absorción de Aurea por Acesa. La ecuación de canje ofrecida al accionariado de Aurea, 2,06 acciones de Acesa por cada acción de Aurea, ha parecido insuficiente a algunos analistas y accionistas de Aurea, pero está en línea con la evolución bursátil reciente de ambas sociedades y recoge el riesgo financiero más elevado de Aurea por sus inversiones en Argentina. Ese panorama alteró la lucha que existía entre Acesa y Aurea por tomar el control de Iberpistas. Así, la última OPA lanzada sobre Iberpistas por Acesa, mejorando la anterior de Aurea, tiene bastantes posibilidades de éxito. La oferta de Acesa ofrece dos alternativas a los accionistas de Iberpistas: primero, la compra de las acciones a un precio de 13,65 euros la acción; segundo, el canje de una acción de Acesa por cada acción de Aurea y un dividendo preferencial variable, en un plazo de cinco años y tres meses, para las acciones que no se vendan en ese plazo. Es previsible que los accionistas de referencia de Iberpistas, un 51,8%, acudan al canje y los minoritarios (un 40,1%) procedan a la venta de sus acciones

La nueva Acesa podría estar operativa a finales de 2002, tras la aprobación de las autoridades, con unas ventas de unos 1.217 millones de euros. La integración de Iberpistas, con un 100% de su actividad en España, reduciría el riesgo de Hispanoamérica de forma significativa. Además, las sinergias totales que una operación de este tipo podría generar se pueden cuantificar en unos 18 millones de euros anuales, que vendrían por ahorros de estructura central e incremento de automatización de peajes. La Caixa (19%), Dragados (11%), las familias tradicionales de Iberpistas (9%) y varias cajas (13%) serían los accionistas de referencia de la nueva compañía. No obstante, se plantea una incógnita respecto del papel que desarrollará Dragados en el futuro, que estará muy condicionado por su compleja relación con ACS.

Desde un punto de vista estratégico, la operación a tres bandas permite crear una compañía con posibilidades reales, por tamaño, de competir con éxito en los mercados europeos e internacionales. Resulta clave el perfil de primer nivel de los socios de referencia de la nueva Acesa, la Caixa como entidad financiera y Dragados como constructora, que otorga alta credibilidad en la licitación de nuevas infraestructuras fuera de España. La fusión de los tres negocios, especialmente Iberpistas, permite alterar la configuración de la cartera de concesiones de Acesa por dos vías: primero, por la reducción del riesgo, aumentando el peso total del negocio en España; segundo por el aumento de la vida media de las concesiones por la incorporación de Avasa y parte de la A6.

No resulta previsible que las autoridades de Competencia se opongan a esta operación porque no reduce significativamente el número de grupos que pujan por la explotación de infraestructuras ni menoscaba la protección de los consumidores. Así, por las últimas concesiones adjudicadas en España han competido más de 12 grupos o consorcios, es decir, la fusión no supondrá una posición dominante de la nueva Acesa. Además, las condiciones que rigen la determinación de los peajes, su revisión y las condiciones de calidad de servicio a ofrecer se encuentran fijadas en los contratos de concesión, lo que dificulta que se produzcan abusos. La fusión es totalmente necesaria para crear un grupo que sea capaz de aprovechar las oportunidades en los mercados de Europa occidental, en los que está prevista una inversión en infraestructuras de transporte, en 65 proyectos concretos de concesión, de 27.000 millones de euros. Además, esa situación se verá reforzada por el desarrollo de planes concretos de infraestructuras en los países de Europa del Este mejor posicionados para ingresar en la UE.

Si las autoridades bloqueasen esta operación, estarían dañando las posibilidades de competir del sector en esos mercados, por tamaño y credibilidad, dificultando un posicionamiento internacional genuino. En cualquier caso, este proceso estará jalonado por tres interrogantes que pueden dificultar la operación: el papel de Dragados/ACS como accionista de referencia; el endeudamiento asumido por Acesa para adquirir el 40,1% de Iberpistas; tercera, la posible reacción de competidores, entre ellos Ferrovial, que puede dar lugar a una OPA sobre Aurea. Si la integración a tres bandas prospera, la nueva Acesa será uno de los operadores europeos de infraestructuras clave de la próxima década.

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