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Givaudan, cantera de perfumistas de élite

Un aroma a melocotón flota por el pasillo. Al otro lado se percibe un olor a aire de la montaña. Y en una oficina, un hombre huele una muestra de sandía. Esta diversidad de fragancias forma parte de la vida en la escuela de perfumería de Givaudan, fundada hace 52 años y localizada en París. Aquí, la compañía suiza entrena a potenciales empleados para encontrar esencias con elevadas ventas, como Obsesión, de Calvin Klein.

Para crear perfumes, todas las compañías empiezan con los mismos ingredientes: rosa, jazmín, bergamota y sándalo. Y depende de la imaginación de cada uno cómo mezclarlas y, de las empresas, elegir las que puedan resultar más atractivas. 'Es como la Fórmula 1: todos podemos aprender a conducir, pero algunos tienen un talento especial', según Jacques Polge, uno de los perfumistas graduados y creador de esencias como Coco y Allure, de Chanel.

Cada año, el director de la escuela, Bernard Escano, entrevista a cuatro decenas de los estudiantes más prometedores de un conjunto de 200 y selecciona sólo hasta cinco. Givaudan invierte 62.300 euros, en tres años, para convertir a cada estudiante en perfumista. Hasta el momento, la inversión ha dado frutos. 'Una de cada tres creaciones en el mercado es obra de un perfumista que pasó por aquí', asegura Escano.

El empeño de la escuela está en ser mejor que el líder del mercado, International Flavors & Fragrances. Y mientras que las acciones de su rival más cercano casi no han variado, las de Givaudan han subido un 13% desde que se independizó de Roche Holding, en junio de 2000. 'La escuela de perfumería es el extra que hace la compañía distinta', destaca Escano.

Los competidores, en un sector que mueve 11.500 millones de euros, consideran la escuela como un gasto innecesario. Chanel y la filial Quest International, de Imperial Chemical Industries, buscan nuevas contrataciones en el Instituto de Perfumes, Cosméticos y Sabores, conocido como Isipca, un establecimiento en el que 36 estudiantes al año reciben un título. 'Isipca es la única escuela real para capacitar a perfumistas', defiende Jerome Jallat, director de desarrollo de Quest.

Los estudiantes de Givaudan dicen que no necesitan un título porque el prestigio de la escuela es suficiente. 'Hay muchos que han sido contratados recién salidos de la escuela', dice Guillaume Flavigny, de 25 años. 'Ya no tenemos tres meses para crear la octava maravilla del mundo, hay que crearla en un mes o hasta en dos semanas', comenta el director de la escuela. Un perfumista necesitaría cinco años para memorizar hasta 2.000 compuestos individuales, y ese tiempo es el que Givaudan necesita para que su inversión se amortice.

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