El secretario del Tesoro de EE UU se opone a que el FMI ayude a Brasil
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, elevó ayer la preocupación de los inversores internacionales sobre la crítica situación de Brasil, al afirmar que no es partidario de que el FMI le dé más ayuda a la nación suramericana.
Los acontecimientos se desarrollan de una manera peligrosamente parecida a la que tuvo lugar en Argentina en 2001. El riesgo-país de Brasil dio ayer un nuevo salto y llegaba a 1.750 puntos básicos, frente a los 1.593 del jueves. Al igual que Argentina hace poco más de un año, el índice de riesgo-país brasileño ha superado el de Nigeria, que era el más elevado hasta que Argentina se sumió en el caos que concluyó en la suspensión de pagos de diciembre pasado.
Por otra parte, el real continúa su carrera descendente y ayer cotizaba a casi 2,84 unidades por dólar, frente a los 2,80 del jueves.
Los últimos informes de fuentes del mercado brasileño temen que la crisis de confianza de la mayor economía de la región no pueda evitar una suspensión de pagos. Los capitales se retiran, lo que se verifica a través de la caída del valor de los bonos de la deuda soberana de Brasil y de la subida de los rendimientos. Pero para O'Neill se trata de una crisis política, desatada por el miedo de los inversores a un triunfo del candidato del izquierdista Partido de los Trabajadores, Luiz Inacio Lula da Silva, quien marcha al frente de las preferencias de los ciudadanos para las elecciones del próximo 6 de octubre.
'Tirar el dinero de los contribuyentes de EE UU por la incertidumbre política en Brasil no me parece nada brillante', dijo ayer O'Neill al ser consultada su opinión sobre una mayor asistencia del Fondo Monetario. El organismo crediticio ha contribuido con un total de 10.000 millones de dólares esta semana para que Brasil pueda hacer frente a la crisis de confianza que le afecta y que se refleja en la caída del real en un 20% desde abril.
Pero los analistas no creen que el problema sea meramente político. Joaquín Cottani, analista de Lehman Brothers Inc., señaló que 'el problema de la deuda de Brasil es algo más que político'. Agregó que 'es muy alta la probabilidad de que Brasil sea forzado a reestructurar su deuda pública (de 290.000 millones de dólares) en los próximos dos años'. Ayer y tras la revisión a la baja de la calificación de la deuda brasileña anunciada por Moody's el jueves, los bonos soberanos con vencimiento en 2014 cotizaban al 57% de su valor nominal, en tanto que el rendimiento ascendía al 21,2%, en un claro síntoma del temor del mercado.