Hoy, como aquel 21 de septiembre
El viernes 21 de septiembre ha quedado como última referencia del pánico vendedor desatado con motivo de los atentados terroristas en Estados Unidos del 11 de ese mes. Las Bolsas del mundo marcaron ese día los niveles más bajos de ese ejercicio y, también, de los tres anteriores.
Una fecha, hasta ahora histórica en términos de apuntes bajistas, que coincidió, como hoy, con el vencimiento de opciones y futuros sobre los principales índices de las Bolsas. Es lo que en Estados Unidos se denomina triple hora embrujada, porque, como cada tercer viernes de mes, se producen movimientos fuera de la dinámica. Lo de embrujada proviene, quizá, de ese miedo a lo desconocido. Son muchos los productos fuera de mercado vinculados a los índices. Son múltiples, así, las fuerzas que actúan sobre éstos para llevar el fiel de la balanza hacia su lado. En muchas ocasiones no importa lo que haga ese día la Bolsa, porque los intereses de instituciones, particulares, fondos de inversión de alto riesgo y especuladores en general son desconocidos.
La irrupción en los mercados financieros de los productos derivados y su posterior auge ha hecho del viernes del vencimiento un acontecimiento imposible de obviar. El día arroja una curiosidad añadida, porque se produce con un grado de postración de precios de las acciones muy similar, incluso por debajo, al del 21 de septiembre. Hay quien dice que la claudicación que se produjo entonces estaba orquestada por las grandes firmas de inversión estadounidenses, que aprovecharon el caso para limpiar el mercado de acciones a precios sensiblemente más bajos que los que marcaban las apuestas en el inicio del vencimiento.
En otros términos, que existen multitud de productos vinculados al precio de cierre del índice. La expectación está servida.