Las declaraciones de Ybarra alejan la necesidad de un careo
En un marco exento de 'cualquier tipo de tensión', según fuentes jurídicas, Ybarra realizó un 'ambiguo y contradictorio' relato de una hora y media. Básicamente, el ex copresidente del BBVA asumió para sí toda la responsabilidad en la gestación y concreción de los contratos de los fondos de pensión de Alico. Por primera vez, Ybarra reconoció que esos fondos fueron para compensar el recorte de las retribuciones de los consejeros provenientes del BBV. Los calificó de 'indisponibles' hasta su consolidación en balances y respecto a su posible utilización en la operación de Bancomer, dijo que 'era algo que yo tenía en mente'. El juez no pareció creerle sobre este último particular y le interrogó con varias preguntas que Ybarra eludió con ambigüedades.
También se responsabilizó de haber administrado la estructura secreta de cuentas 'que recibí como herencia del BV'. En su origen, esos fondos sumaban 8.000 millones de pesetas y se transformaron en 42.000 millones cuando fueron regularizados en 2001. El ex presidente del BBV dijo al juez que 'no faltaba un duro, eran fondos contabilizados, aunque no integrados en el balance consolidado'. Una afirmación muy difícil de aceptar por parte de cualquier contable con mínimo conocimiento, pero que ha sido mantenida por otros imputados.
Respecto a la operativa de autocartera y a la compra y venta de acciones de Argentaria, Ybarra afirmó que en ambos momentos se planteó regularizar las cuentas secretas. Pero que no vio 'el momento para traer ese dinero', sin explicar las razones de no haberlo hecho. De inmediato, el juez le preguntó si, además de utilizar esos fondos secretos para los fondos de pensión y los pagos de campañas electorales en Venezuela, el BBVA había destinado dinero a sobornos y al impuesto revolucionario de ETA. 'No, no se hizo nada así', respondió Ybarra.
Pero respecto a los aportes de 1998 y 1999 a las campañas electoral y constituyente del actual presidente Hugo Chávez, Ybarra aceptó que sabía de los mismos y que se trataba de prácticas normales. Explicó que la petición había partido del responsable del Banco Provincial, Juan Carlos Zorrilla, y que Uriarte estaba al tanto de esos aportes, cosa que no fue admitida por el ex consejero delegado en su declaración.
La parte más oscura de la declaración fue la referida a cuándo se había enterado González de la existencia de las cuentas secretas. Según Ybarra, podría haber sido en septiembre de 2000, pero dijo no recordar con exactitud. Relató que en marzo de ese año iba a contarle todo, con documentación incluida a González, pero que éste no quiso saber nada.
Respecto al contrato de los fondos de pensiones de Alico, Ybarra insiste en que González le dijo que el resarcimiento de los consejeros del BBV lo resolviera él mismo, como le pareciera oportuno. E insistió en que la estructura de las cuentas secretas era sólo conocida y manejada por él, Rodolfo Molinuevo y Luis Bastida. Todo lo referente a las cuentas secretas parece quedar, así, como un secreto entre los tres, ya que Ybarra niega que los dos vicepresidentes, Uriarte y José Domingo Ampuero, lo supieran.
Las fuentes señalaron que hay más contradicciones entre Ybarra y Uriarte, por lo que un careo entre ambos estaría más justificado que entre Ybarra y González.