Los expertos acotan referencias
Vuelven las apuestas a la Bolsa, las que más exasperan a observadores e inversores. Los expertos cruzan sentimientos respecto a la tendencia de futuro del mercado con el ánimo de acotar nuevas referencias técnicas, es decir, los rangos posibles de fluctuación de los índices para las próximas semanas.
En circunstancias normales este juego sólo sirve para matar el tedio y para entretener a una parroquia bursátil inapetente. Pero no es el caso. La coyuntura actual lleva el sello de la desconfianza, en un movimiento de progresión a peor. Las dudas se generalizan y cualquier noticia que no sea suficientemente explicada por sus mentores corre el riesgo de ser mal recibida.
La moda de acotar referencias, de apostar por rangos de fluctuación, suele tener efectos perversos cuando, como ahora sucede, coincide con posiciones de negocio testimoniales y ausencia del inversor final.
En las últimas horas aumenta el número de predicadores en pro de niveles de los índices más bajos que los actuales. La facilidad con que éstos cambian de discurso es asombrosa, aunque en el intervalo no se haya producido algo sustancial que apoye el cambio.
La ausencia de noticias macroeconómicas de largo alcance ha dejado el mercado en manos de las empresas que realizan advertencias sobre resultados futuros, principalmente estadounidenses. Este fenómeno saltó al ruedo bursátil en el verano de 2000 y desde entonces se ha generalizado en los meses previos a los cierres trimestrales. Algunas compañías, como dato curioso, sorprenden con cuentas mejores de lo que habían dicho 30 días antes. Otras, al contrario.
Son, en todo caso, las referencias que vienen y las que contribuirán a la conformación de una tendencia definida, aunque ahora está muy claro que mandan las bajas.