KPNQwest o el más vale prevenir
La quiebra presentada por KPNQwest es un episodio más en la agonía de muchas empresas tecnológicas. El mayor proveedor paneuropeo de servicios de telecomunicaciones y transmisión de datos anunciaba hace pocos días la quiebra de su negocio, asfixiado por una deuda acumulada superior a los 2.000 millones de euros. Los intentos fallidos de sus directivos en la búsqueda de capital a través de la venta de activos han precipitado los acontecimientos.
Pero no han sido los únicos. Los mismos analistas financieros que impulsaron el crecimiento exponencial del sector de las tecnologías de información y comunicación y aconsejaron invertir en él, ahora han perdido la confianza y abogan por una limpieza y consolidación del sector. Muchas empresas entraron en suspensión de pagos o quiebra o están buscando una reestructuración de la deuda para salvaguardar la continuidad de su negocio (e.o. Carrier1, Energis, Flag, Global Crossing, Jazztel, KPNQwest, NTL, Teleglobe, PSINet, UPC, Versatel, Viatel, 360Networks).
Al no haberse cumplido la explosión de demanda, tanto las empresas ex monopolistas como los nuevos jugadores de telecomunicaciones se ven obligados a ajustar su tamaño y estructura de costes a la nueva realidad de mercado. Solo en este sector hubo en el último año más de medio millón de despidos. Ahora, por fin, la empresa tecnológica vuelve a concienciarse sobre el lugar en la cadena de valor que desea ocupar. ¿En qué actividad destaca más y aporta más valor al cliente final? ¿Cómo puede tener unos costes bajos y una productividad elevada?
En este proceso de reordenación, los clientes finales -las empresas de toda la vida que utilizan estas tecnologías para llevar a cabo sus actividades principales, aumentar su productividad o bajar sus costes- también tendrían que aprender de estas situaciones.
En vez de casarse con un único proveedor, tendrían que limitar sus compromisos en el tiempo y considerar diferentes proveedores de telecomunicaciones para facilitar el cambio y fomentar la mejora en la prestación del servicio.
La quiebra de los proveedores de telecomunicaciones -los llamados carriers, que llevan el tráfico de voz y/o datos- representa una seria amenaza para los miles de clientes. Muchas de estas empresas pueden sufrir notables retrasos en la transmisión de datos o, lo que es peor, quedarse sin servicio y tener que interrumpir su actividad en parte o totalmente.
Por las redes de los carriers circula gran cantidad de datos de empresas, asociaciones y colectivos de todo tipo, que ahora deberán buscar una alternativa rápida si no quieren verse incomunicados con el exterior.
La falta de conectividad provocaría en muchas empresas graves problemas de funcionamiento que pueden afectar de forma muy negativa a su negocio al quedar materialmente paralizadas.
Esta situación puede generar daños irreparables. Es por ello imprescindible estar preparado para realizar un cambio de operador y poder hacerlo en el mínimo tiempo.
El compromiso con un único operador de telecomunicaciones conlleva un elevado riesgo ante una eventual falta de suministro por problemas técnicos puntuales o, como en este caso, definitivos. La empresa quedaría, en esa situación, incomunicada con el mundo exterior. La volatilidad del mercado de telecomunicaciones está afectando negativamente a otros mercados, por lo que se han de buscar soluciones que minimicen en la medida de lo posible estas variaciones. Una de estas soluciones son los data centers independientes, centros de datos donde se garantiza, entre otras cosas, el acceso a las redes de múltiples carriers. La empresa que se apoya en la infraestructura del data center limita sus riesgos ante las incidencias imprevistas y se beneficia de la flexibilidad y libertad de elección.
Igual ocurre con la energía; la falta de suministro eléctrico puede paralizar por completo a una empresa. De hecho, los cortes de electricidad vividos los últimos meses, no sólo en España sino también Europa y EE UU, afectaron a grandes y pequeñas compañías, las cuales no disponían de equipos generadores de emergencia.
Luz y conectividad son actualmente dos recursos esenciales para el funcionamiento de la mayoría de las empresas del planeta. La falta de uno de ellos puede provocar el colapso de muchos negocios y dar lugar a pérdidas millonarias o a la larga a cierres de negocios. Este riesgo debería llevar a las empresas a planificar actuaciones y buscar alternativas ante eventuales cortes de suministro. Pero, como en muchas otras ocasiones, el peligro sólo se ve cuando ya no hay margen de maniobra. Esperemos que no se dé el caso pero, por si surge, más vale estar preparado; empresa precavida...