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Tecnología

El auditor duplica las pérdidas que Avánzit había revisado hace 10 días

El informe de auditoría de Avánzit es un fiel reflejo de los problemas financieros que han llevado a la compañía a la suspensión de pagos, y ello a pesar de que la cuenta de pérdidas y ganancias fue rectificada hace menos de 10 días para ajustarse a las recomendaciones de Andersen. Este movimiento no ha convencido al auditor, que ha cerrado su informe con tres salvedades.

Sólo una de las tres salvedades está cuantificada, pero supone ya un aumento del 92% en las pérdidas de 2001. La clave de la desavenencia está en la contabilización de créditos fiscales e impuestos anticipados. Avánzit cree que estas partidas son recuperables a futuro sobre la base del éxito del proceso de reestructuración y considerando que, a medio plazo, 'es previsible una recuperación de los negocios del grupo'. Pero Andersen no está de acuerdo: 'Dichos créditos fiscales e impuestos anticipados no deberían haberse registrado, dado que existen incertidumbres sobre la evolución futura de los mercados en los que opera el grupo y sobre el éxito de las medidas de reestructuración'. ¿El resultado? 61,75 millones, en los que 'deberían incrementarse' las pérdidas de 66,95 millones de Avánzit.

La importancia de esta salvedad es relativa, aseguran fuentes cercanas a la compañía, ya que los créditos serán recuperables si Avánzit sobrevive a la suspensión de pagos. En caso contrario, el efecto negativo para los accionistas superará con mucho al de la salvedad, añaden.

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El auditor no ha podido cuantificar las otras dos salvedades. La primera de ellas se debe a la falta de información, que ha impedido verificar la 'razonabilidad' de unos ingresos de 28,25 millones de euros. La segunda hace referencia a las posibles minusvalías que genere la venta de activos sobre el fondo de comercio, que asciende a 307,22 millones.

El informe de auditoría de Avánzit cifra en 108 millones el importe de los créditos sindicados que acumula el grupo. Son tres, liderados por el SCH, Caja de Segovia y el banco Hypovereinsbank, y todos ellos están condicionados de una u otra forma a determinados ratios financieros que la propia compañía reconoce estar incumpliendo.

Además de los problemas financieros y operativos, la compañía tecnológica ha tenido que hacer frente en sus cuentas a otros agujeros relacionados con préstamos a sus consejeros y operaciones de autocartera. Avánzit tiene concedidos a consejeros y directivos préstamos por valor de 15,66 millones de euros, que pueden devolver con acciones valoradas a 15 euros y 18 euros, respectivamente.

Teniendo en cuenta que hace más de un año y medio que la compañía no cotiza a esos valores, las provisiones para cubrir los posibles quebrantos se han multiplicado. En situación similar está una autocartera de 1,17 millones de títulos valorada a precios muy superiores a los actuales.

Con todo, Avánzit es más que positiva en su informe de gestión y asegura estar en disposición de elevar un 15% sus ingresos en 2002, hasta 490 millones, y de conseguir un resultado ordinario positivo de 24,5 millones, gracias a la reestructuración implantada en el grupo.

A la espera de que las negociaciones para renegociar la deuda y levantar la suspensión de pagos den o no frutos, las acciones de Avánzit están viviendo bajo una auténtica histeria en Bolsa. Todos los analistas recomiendan no tomar posiciones en el valor hasta que terminen, así que la negociación está en manos de la especulación. Si en las cuatro primeras jornadas desde la suspensión los títulos perdieron un 52% de su valor, en las dos últimas ha tocado subir. Ayer, el alza fue de un sorprendente 58,88%, que deja el valor a 1,7 euros.

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