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Observatorio en la red
Columna
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La experiencia de Estados Unidos

La tendencia a una mayor dimensión de las operadoras de telecomunicaciones en EE UU en sus diferentes vertientes, fijas, móviles y cableoperadores, refleja una mayor consolidación y, por tanto, una reducción del número de empresas.

La idea dominante sobre la que se hizo la liberalización de las telecomunicaciones era la de un mercado con capacidad para asimilar una amplísima oferta de operadoras, pero la realidad está mostrando que hay hueco para muy pocas empresas. La hipótesis básica, en la cual se sigue incidiendo en algunos países de Europa, era errónea y se está produciendo lo que era de esperar, la fusión de algunas compañías y la desaparición de muchas.

Comenzando por los móviles, EE UU tiene un retraso en su desarrollo, que se explica en gran parte por el modelo de regulación que potenció la fragmentación de los mercados, agravado por las cinco tecnologías existentes y por la multitud de operadoras.

En los últimos dos años ha habido una serie de fusiones y adquisiciones entre las principales operadoras. Verizon Wireless surge de la fusión de Verizon y Vodafone, y Cingular Wireless, de la de los móviles de SBC y de Bell South. Quedan ATT Wireless, Sprint, VoiceStream (filial de Deutsche Telekom) y Nextel. Podría decirse que esas fusiones son un primer paso para una posterior consolidación, que dará lugar a dos o tres grandes jugadores, con el interrogante que plantea la evolución del Wi-Fi.

Las futuras fusiones se concretarán probablemente en estas o parecidas uniones: por un lado, Cingular, ATT Wireless y VoiceStream, que tienen la misma tecnología GSM, y por otro, Verizon Wireless y Sprint, con tecnología CDMA. Pero es importante recordar que la voz se va a transmitir cada vez más por los móviles, lo que va a incidir también en la total reestructuración del sector.

Las operadoras fijas han seguido una parecida tendencia. En 1983 se produjo la desmembración de ATT en las siete Babys Bells, y había otra operadora, GTE, con una dimensión similar a las anteriores. Ocho en total. Más tarde se produce de nuevo una concentración, quedando reducidas actualmente a cuatro: Verizon, SBC, Bell South y Qwest. Por otro lado, Bell South tiene ya acuerdos con SBC en móviles, y las posibilidades de que Qwest se mantenga independiente son muy limitadas, sobre todo tras la suspensión de pagos de KPNQwest. La tendencia es igualmente concentrarse en dos o tres operadoras y con la mitad de empleados que ahora.

Además, el futuro de estas empresas es incierto porque la voz va a ser canibalizada por los móviles, y su futuro pasa más por ser operadoras de banda ancha y participar en la distribución de contenidos.

Por último, los cableoperadores siguen en EE UU la misma tendencia de concentración que el resto. Hoy, tras la fusión de ATT con Comcast, que forma un grupo de unos 25 millones de líneas, el doble del siguiente, que es AOL, quedan los dos grupos anteriores, algunos pequeños como Charter o Cox, que probablemente se unan, y el grupo Adelphia, en suspensión de pagos. La consolidación de los cableoperadores es necesaria para equilibrar el poder de los proveedores de contenidos como Walt Disney y News Corp. Si la tendencia se confirma y profundiza en los próximos años, el mercado de telecomunicaciones de EE UU se concentraría en seis o siete operadores globales, además de muchos operadores de nicho y cantidad de empresas de contenidos y aplicaciones.

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