El dinero huye de la Bolsa ante la acumulación de incertidumbres
No hay dinero. Ni un duro. Cualquier operador puede constatar la sequía compradora del mercado. El excesivo número de frentes abiertos hace mella en el inversor, que no puede digerir a un tiempo los nuevos casos de enronitis, las alertas sobre beneficios en Wall Street, el alza del dólar, la crisis argentina, las dudas sobre la recuperación económica, las expectativas de subida de tipos y, finalmente, una situación geopolítica difícil en Oriente Próximo, Lejano Oriente y en la guerra contra el terrorismo. La Bolsa se muere de sobredosis, bromean algunos.
Los que trabajan en esto tienen, no obstante, que tomar una decisión cada mañana. Así que optan por evitar el riesgo a toda costa. Por eso las telecomunicaciones están siendo la cruz de los mercados. Son empresas endeudadas, con una alta volatilidad. Además, buena parte de su valor corresponde a expectativas más que a beneficios en el presente. Y es un sector donde se han dado casos de contabilidad creativa. Las últimas encuestas entre gestores de fondos ya habían constatado que el sector telecos y tecnología era el que menos gustaba a los gestores. A la hora de vender, ha sido el primero en bajar.
También cobran importancia últimamente los movimientos técnicos, soportes y resistencias. El Ibex perdió los 7.600 y se precipitó a la zona de 7.400. Los expertos están ahora atentos a nuevas barreras: los 9.600 puntos del Dow Jones y los 1.400 del Nasdaq.
La pregunta del millón es qué puede desencadenar las subidas. O, al menos, cuándo puede uno ir entrando en el mercado con una visión de largo plazo. Es en este punto donde entra en juego el miedo a la contabilidad creativa. Hay que saber cuáles son, de verdad, las cifras de las empresas para poder valorar si son caras o baratas. Telefónica Móviles, como ejemplo de una práctica demasiado generalizada, presentó un pro forma en el que recalculaba, a la baja, el beneficio del año anterior para anunciar un crecimiento del resultado superior al inscrito en la CNMV. O France Télécom, que tenía fuera del balance deudas multimillonarias.
En condiciones normales, caídas de los índices por debajo de los niveles actuales podrán permitir que los inversores tomen posiciones con cuidado. Si el movimiento gana adeptos, se puede experimentar un rebote. Pero el mercado debe recuperar la confianza en el sistema y las empresas deben recoger en sus cifras de una vez la recuperación de la demanda que dicen reflejar los datos macro. Mientras tanto sólo se puede entrar a muy largo plazo.
Brasil, amenaza exclusiva del Ibex
Por si había pocos problemas en los mercados internacionales, el español depende también de la crisis brasileña. El real se deprecia día a día. De hecho, ha perdido en los últimos dos meses alrededor del 25%, casi tanto como lo que se devaluó el peso argentino el 1 de enero. Este movimiento ya fue muy doloroso para las empresas españolas con intereses en Argentina, y algunas de las expuestas a Brasil, como Santander Central Hispano, ya acumulan en las últimas sesiones un retroceso significativamente superior al del sector. BBVA tiene menos activos en Brasil, pero Telefónica está más expuesta.
De este modo, cinco meses después de estallar la crisis argentina, se empiezan a confirmar los peores temores de los estrategas. Una eventual crisis brasileña no será comparable a la que se vive en Argentina.
Pero los grandes del Ibex obtienen la mitad del beneficio en América Latina y, por el momento, una de las tres grandes economías está en crisis y otra, Brasil, está cerca de ello. Más dolores de cabeza para el bolsista.