Rato deja la puerta abierta al diálogo con los sindicatos tras el 20-J
El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, aseguró ayer que, a pesar de la convocatoria de huelga general para el 20 de junio, el Gobierno mantendrá el diálogo social con los interlocutores en las próximas reformas laborales que puedan plantearse en un futuro.
'Aunque se produzca la huelga general, continuaremos con el mismo diálogo con los interlocutores sociales; nosotros no lo hemos roto y no pretendemos romperlo', dijo Rato durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Rato añadió que las futuras reformas laborales se tramitarán como proyecto de ley, siempre que no tengan los mismos efectos que la reforma de la protección por desempleo desde el punto de vista de la 'inmediatez económica'.
Pese a esta buena disposición a negociar, el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, siguió ayer arremetiendo contra la huelga e instó a los sindicatos que expliquen los motivos por los que proponen unos servicios mínimos inferiores a los de paros generales anteriores.
El secretario general de CC OO, José María Fidalgo, señaló ayer que todos estos mensajes del Gobierno contra la huelga tratan de 'coaccionar' a los trabajadores para que no la secunden e 'incitan a la violencia'.
Stiglitz, contra la reforma
Ayer se siguieron escuchando distintas opiniones acerca de la convocatoria de huelga. El premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, admitió que no conoce en profundidad la reforma del desempleo decretada por el Ejecutivo, pero, en cualquier caso, manifestó que cuando los Gobiernos 'hablan de hacer una reforma laboral o de introducir mayor flexibilidad en el mercado de trabajo están usando un eufemismo para rebajar los salarios y los derechos de los trabajadores'.
La Comisión de Empleo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) rechazo ayer el decretazo, pero inmediatamente después, la presidenta de este organismo, Rita Barberá, lo desautorizó.