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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Guiño fiscal al inversor

El Gobierno del PP aprobó ayer el proyecto de ley de su segunda reforma del IRPF, que entrará en vigor el próximo año y que constituirá el núcleo del debate fiscal de las elecciones previstas para 2004. La nueva rebaja fiscal se concreta, en el ámbito general, en que el tipo mínimo se recortará del 18% al 15%, y el máximo caerá del actual 48% al 45%. A ello se añade la mejora de varias deducciones, con especial énfasis en las que favorecen al núcleo familiar y a los incentivos a la natalidad.

La oferta fiscal del PP puede entrar en liza electoral con el proyecto de IRPF de sólo dos tipos que prepara el PSOE, frente a los cinco tramos que mantiene la reforma del Gobierno. Donde se hacen más patentes las diferencias es en el tratamiento de las rentas del capital. Mientras la propuesta socialista aspira a un trato igualitario con los rendimientos del trabajo, el PP opta por el trato más favorable a todas las plusvalías, que pasarán a ser gravadas con el tipo mínimo del 15%. Ese incentivo a la inversión se ve apuntalado desde otros ángulos, como la eliminación del peaje fiscal por el cambio de un fondo de pensiones a otro o por la transmisión sin coste de los derechos consolidados de un seguro colectivo a otro diferente.

La posibilidad de cambiar de fondo sin tributar puede ser un acicate para mejorar la competencia entre las gestoras e incrementar la transparencia y la eficiencia. Sin duda contribuirá a una rebaja de las comisiones para disputarse los nuevos flujos de capital que acudirán, incentivados por la mejora fiscal, a un sector que administra ya un patrimonio de más de 178.000 millones de euros (29,6 billones de pesetas).

Los incentivos para el inversor en la nueva reforma se extienden también a los porcentajes de reducción por los rendimientos del ahorro a más de dos años y a la elevación de los límites anuales para invertir con bonificación fiscal en planes de pensiones o en los planes de previsión denominados seguros clónicos. Las rentas por alquiler de vivienda se verán también fiscalmente beneficiadas.

El tratamiento fiscal a las plusvalías se convertirá, probablemente, en eje del debate en la confrontación de las ofertas fiscales de los dos grandes partidos que se producirá en la discusión del proyecto de ley en el Parlamento. La buena noticia para los contribuyentes es que tanto el PP como el PSOE apuestan por la rebaja del IRPF. La mala es que la presión fiscal seguirá sin bajar por la necesidad de incrementar la recaudación por la vía de los impuestos indirectos.

La comparación de la reforma del PP con el proyecto en ciernes del Partido Socialista ha de contemplar el impacto del impuesto sobre todas las rentas. Pero el Gobierno hace bien en tratar los rendimientos del capital con la visión de que el mercado español no es un coto cerrado. La libertad de movimientos de capitales para acudir donde hay más beneficio es una ley de oro, en especial en una Unión Europea sin fronteras.

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