La Comunidad Andina trata de aprovechar la crisis del Mercosur
Hasta el momento, Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se había constituido como líder indiscutible de América Latina, tanto a nivel de intercambios comerciales intra y extrarregionales como de atracción de inversión extranjera. La Comunidad Andina (constituida por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) permanecía en un discreto segundo plano, más preocupada por solucionar las dificultades internas, políticas y económicas, de sus miembros que en dar un verdadero impulso al proceso de integración.
Sin embargo, los problemas que en los últimos años han vivido las economías integrantes de Mercosur han llevado a un debilitamiento de la posición dominante del bloque en la región. La crisis argentina ha tenido un fuerte impacto negativo sobre sus intercambios comerciales y, muy especialmente, sobre las cifras de inversión extranjera.
Así, frente a los 41.449 millones de dólares (44.100 millones de euros) que supuso la inversión extranjera en 2000 hacia Mercosur, se pasó a una cifra de 22.859 millones de dólares (24.320 millones de euros) en 2001. Este descenso da una idea de la magnitud de la contracción de la actividad económica de la región, fundamentalmente en el caso de Argentina, si bien es cierto que el resto de economías del área se han visto afectadas por la incertidumbre que ha generado la situación de uno de sus principales socios.
Por su parte, los avances en la integración regional de la Comunidad Andina, a pesar de haberse dilatado en el tiempo, parecen estar consolidándose, si bien la inestabilidad política de alguno de sus integrantes, como Venezuela, sigue restando impulso a la actividad económica de la región en su conjunto, incidiendo negativamente sobre las cifras de inversión extranjera recibidas.
El proceso de eliminación de aranceles seguido por la Comunidad Andina (Can), le ha llevado a multiplicar por cuatro las exportaciones intrarregionales en los últimos 10 años, pasando de 1.330 millones de dólares en 1990 a los 5.680 millones en 2001 (de 1.415 millones de euros a 6.050 millones de euros). Este aumento de flujos comerciales ha contribuido a incrementar los flujos anuales de inversión extranjera en la región, pasando de 4.800 millones de dólares en 1991 a 8.832 millones en 2000 (de 5.105 millones de euros a 9.395 millones de euros).
La historia reciente de ambos bloques comerciales obliga a sus socios a reflexionar respecto a las perspectivas de crecimiento y estabilidad de ambos procesos de integración, en función de la estructura de sus planteamientos. Respecto al Mercosur, sus problemas parecen tener un carácter fundamentalmente estructural, ya que se viene demostrando que las situaciones de crisis de cualquiera de sus dos grandes socios comerciales repercuten enormemente en el volumen y dirección de los flujos de comercio intrarregional, incidiendo muy negativamente sobre la economía del bloque. Los problemas del grupo andino suelen tener un marcado carácter político, tanto a nivel individual de sus miembros como en la asunción de decisiones dentro del grupo.
Al margen de los problemas políticos, España, con una aportación de 300 millones de dólares (320 millones de euros), ha decidido dar un paso adelante en sus relaciones con la Can, convirtiéndose desde el pasado 18 de febrero en el único país no latinoamericano, accionista de la Corporación Andina de Fomento (CAF), una institución formada por 16 Estados y 18 bancos privados latinoamericanos y que representa el brazo financiero de la Can.