La UE y América Latina refuerzan su cooperación como contrapeso a EE UU
La II Cumbre UE-América Latina y el Caribe se salda con compromiso 'de asociación estratégica birregional', cuyos objetivos principales son 'fortalecer el sistema multilateral' y 'reforzar las instituciones democráticas', según la declaración política presentada ayer, el llamado Documento de Madrid.
El documento hace hincapié también en la 'erradicación del racismo, la xenofobia y la intolerancia', en un momento en que la inmigración es debate prioritario en la Unión. En este sentido, el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, desmintió 'tajantemente que la UE haya endurecido las condiciones de acceso al territorio comunitario a los ciudadanos procedentes de América Latina y el Caribe'.
En el plano económico, los Quince no han cedido en las pretensiones de los países del Pacto Andino (Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia) ni del Diálogo de San José (El Salvador, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Costa Rica y Panamá) de sentar las bases para un acuerdo de libre comercio. En general, nada se ha salido del guión previo.
El acuerdo alcanzado con Chile ha sido la estrella de la reunión y fue presentado como 'la expresión de nuestras expectativas a la hora de avanzar en las relaciones estratégicas con el resto de países', según el presidente español, José María Aznar.
Su homólogo peruano, Alejandro Toledo, reconoció que es necesario 'un esfuerzo previo de cohesión de los países andinos para lograr una asociación estratégica con la UE'. Sin embargo, Toledo anticipó que Perú negociará por su cuenta un acuerdo de libre comercio.
Los países de la cumbre han reaccionado, unánimemente, contra la nueva política de la Casa Blanca, marcada por las decisiones unilaterales frente a sus socios, para enarbolar la bandera de la defensa del multilateralismo. El presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, pidió que 'se haga un contrapunto a esos países que han optado por tomar decisiones unilaterales' y 'la ampliación de flujos comerciales en busca de la liberalización total'.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, llamó 'a hacer un frente común ante las tentaciones proteccionistas'. El presidente francés, Jacques Chirac, aludió explícitamente a Estados Unidos en varias ocasiones y destacó la necesidad de reequilibrar 'el triángulo Atlántico'.
El documento rechaza 'con firmeza todas las medidas de carácter unilateral y efecto extraterritorial que son contrarias al derecho internacional y a las reglas del libre comercio'.
Pérdida de terreno
Con todo, la UE reconoce que ha perdido terreno en América Latina. Las exportaciones europeas a la región pasaron de 17.000 millones de euros en 1990 a 54.000 millones en el año 2000, pero su cuota de mercado cayó del 21,4% al 13%. El peso de los Quince como destino de los productos latinoamericanos también ha caído del 24% al 12,1%, según fuentes comunitarias.
Pese a la evidencia de los datos, no se han experimentado avances sustanciales de acuerdos con la región andina o centroamericana. Las autoridades comunitarias esperan que, en el marco de la ronda de Doha, se puedan negociar 'a más tardar a finales de 2004 acuerdos de asociación', fecha en la que terminarán las negociaciones en la OMC. La oferta de Bruselas se queda, de momento, en un acuerdo político y de cooperación.
El combate contra el terrorismo 'en todas sus formas y representaciones' ha centrado el ámbito político de la declaración.
El compromiso de los países asistentes a la cumbre es luchar contra el terrorismo 'de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y el pleno respeto a los derechos humanos'.
El presidente colombiano, Andrés Pastrana, no tuvo éxito en su pretensión de que la declaración final de la cumbre hiciera una mención expresa a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) como organización terrorista. Eso sí, Aznar se ha comprometido a llevar el tema de las FARC a la reunión del Correper (Comité de Representación Permanente) del 23 de mayo en Bruselas.
Más allá del plano comercial y de la gran política, la cumbre también ha servido para avanzar en compromisos de cooperación social, científica y educativa, donde se ha aprobado el programa Alban para la concesión de becas a 3.900 universitarios latinoamericanos. Los países de la cumbre se han fijado el multilateralismo político y económico como objetivo de trabajo.