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Coyuntura

El BCE avisa que las huelgas alemanas pueden incidir en la inflación europea

El Banco Central Europeo (BCE) sigue preocupado por el comportamiento de los precios en la zona euro. En su último informe de coyuntura, hecho público ayer, reconoce que la reciente evolución de la inflación ha resultado menos satisfactoria de lo previsto.

La autoridad monetaria de Francfort liga las perspectivas futuras en gran medida a lo que pase con los precios del petróleo en el mercado internacional. Además, advierte que mantendrá una actitud vigilante con algunos sectores, como es el caso de los servicios. Los precios de los servicios subieron un 3,1% en marzo en tasa interanual, confirmando la tendencia al alza que se viene observando desde hace más de año y medio.

El BCE reconoce, por primera vez, que el redondeo de los precios con motivo de la llegada del euro ha llegado a este sector, sobre todo en bares, restaurantes y servicios turísticos. No obstante, la autoridad no hace cálculos precisos y advierte que estos efectos 'han sido limitados' en términos agregados.

Otro asunto objeto de preocupación de la institución que dirige el holandés Wim Duisenberg es el comportamiento de los salarios, sobre todo el resultado de las negociaciones salariales que actualmente se llevan a cabo en algunos países de la zona euro, como en Alemania. 'Los incrementos salariales excesivos podrían generar presiones adicionales sobre los costes, con posibles consecuencias no sólo sobre los precios, sino también sobre la creación de empleo y el crecimiento del PIB real', señala el informe.

El pasado lunes, decenas de miles de trabajadores alemanes secundaron en el Estado de Baden-Württemberg el primero de una serie de paros convocados por el todo poderoso IG Metall, en protesta por la falta de acuerdo en las negociaciones para el convenio colectivo. El sindicato inició las negociaciones reclamando un alza salarial del 6,5%, que ahora ha rebajado al 4%, mientras que la patronal ofrece sólo el 3,3%.

El conflicto laboral en Alemania es vigilado de cerca también por los ministros de Economía de la UE que, al igual que el BCE, están preocupados por que el alza salarial contribuya a elevar las presiones inflacionistas. La situación, por el momento, no es grave.

Para abril, el BCE espera una inflación del 2,2% en la zona euro, varias décimas por debajo del dato de marzo. Por lo demás, el Banco Central Europeo espera una pronta recuperación de la economía de la región. De hecho, cree posible que el PIB real de la zona euro alcance de nuevo tasas acordes con su crecimiento potencial, por encima del 2%, dentro de unos meses, y consolidarse en el año 2003.

Ahora bien, no tiene claro todavía la intensidad de la recuperación. Por ello insiste en que se aceleren las reformas estructurales pendientes en el mercado laboral, el financiero y el de bienes y servicios.

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