Venezuela recupera la calma ante la oferta de diálogo de Chávez
Mientras el presidente Hugo Chávez asegura que no habrá represalias contra los implicados en el golpe de Estado del viernes pasado, los empresarios de Fedecámaras niegan cualquier responsabilidad de su dirigente y efímero presidente de Venezuela, Pedro Carmona. Persisten los rumores de división militar a pesar de los desmentidos del Ministerio de Defensa, pero 119 generales de la cúpula militar están detenidos. La producción de petróleo se normaliza.
Venezuela recobró ayer una relativa normalida tras una semana de convulsiones sociales que ha costado 34 muertos y 332 heridos. Las actividades laborales se reanudaron en gran medida y el aspecto de las calles es rutinario, excepto por las señales de los saqueos.
En un rápido movimiento para acallar los temores internacionales, Chávez convocó para hoy el Consejo Federal de Gobierno para iniciar las rondas de diálogo con todos los sectores del país. Chávez, en una centrevista con la Cadena SER, acusó a 'una minoría' de militares, 'que eran los altos mandos, buena parte de los altos mandos que traicionaron su juramento' y se sublevaron con 'los sectores privilegiados, enriquecidos, una clase que gobernó el país 40 años y lo echó al abismo'.
Agregó que 'el señor Carmona está detenido y estamos estudiando todos los procedimientos. No está incomunicado como estuve yo, tiene su defensa, el debido proceso y la Fiscalía está levantando los cargos correspondientes'.
Sin embargo, la principal organización patronal del país, Fedecámaras, presidida hasta el intento golpista por Carmona, negó su responsabilidad en la conjura contra Chávez. 'Nosotros no tenemos nada que ver con lo que ha sucedido. No tuvimos ninguna injerencia en la Junta de Transición que se llegó a nombrar', manifestó el actual presidente de la entidad, Carlos Fernández.
Fernández afirmó que 'incluso Carmona tampoco tuvo nada que ver con lo que pasó, pues yo hablé con él a las 22 horas locales del jueves, y no tenía conocimiento de su posterior participación en el Gobierno de transición'.
Son ya 119 los generales golpistas detenidos, de acuerdo con informes de la televisión de Cuba. Ayer, una manifestación de algunos centenares de jóvenes volvió a protestar contra Chávez en las calles de Caracas. Por su parte, el secretario general de la Central de Trabajadores Venezolanos (CTV), Carlos Ortega, quien había calificado a Chávez de 'asesino' tras los disturbios del viernes, anunció que seguirá criticando al mandatario. 'Nuestra posición seguirá siendo en todo momento crítica e invariable en relación a las políticas que atenten contra los trabajadores y el país', dijo.
No obstante, los trabajadores petroleros han vuelto al trabajo. Chávez aceptó la renuncia de la cúpula de Petróleos de Venezuela (PDVSA), designada por él hace dos semanas en reemplazo de la anterior, y que fue el hecho que desató la rebelión popular en su contra. Hoy o mañana 'las operaciones deberán quedar completamente normalizadas', dijo un comunicado oficial de la petrolera estatal.
Por su parte, Merrill Lynch decidió ayer retirar de su cartera latinoamericana los títulos de la deuda venezolana. El banco teme que la situación que atraviesa Venezuela cree divisiones más profundas en el país. 'Su supervivencia [de Chávez] dependerá de cómo se comporte a corto plazo', agrega en su informe.