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'Telecos'

César Alierta diseña un consejo a su medida en Telefónica

El presidente de Telefónica ha tardado un año y medio en hacer un consejo y una compañía a su medida, pero desde ayer ya se puede decir que la renovación es total, y la época de Juan Villalonga, historia.

La junta de accionistas vio cómo cuatro consejeros abandonaban su sillón en lo que supone una de las mayores remodelaciones de la historia de la operadora. En total, son ya 12 sobre una cifra de 20 los administradores que han dejado la compañía bajo el mandato de Alierta. Seis de ellos eran independientes, tres ocupaban un puesto ejecutivo en la empresa, dos estaban en la operadora en representación del BBVA y uno hacía lo propio en virtud de la fallida alianza con MCI.

La salida del vicepresidente de Telefónica, Pedro Luis Uriarte, no fue una sorpresa, después de que él mismo presentara telefónicamente su dimisión a Alierta la víspera por el escándalo de las cuentas secretas del BBVA. Uriarte no asistió a la junta y su puesto como consejero ha sido ocupado por José Antonio Fernández Rivero, director general de medios del banco y persona de total confianza del actual presidente de la entidad, Francisco González. El cargo de vicepresidente de Telefónica en representación del BBVA, sin embargo, no será asumido por él, sino por José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado del banco y administrador de la operadora desde 2000.

Tampoco fue una sorpresa la dimisión de tres consejeros independientes, llegados a Telefónica de la mano de Villalonga al calor de la privatización total de la compañía. Pedro Ballvé, Gaspar Ariño e Ignacio Larracoechea vivieron ayer su última junta y sus sillones serán ocupados por Pablo Isla, presidente de Altadis; Gonzalo Hinojosa, máximo ejecutivo de Cortefiel, y Enrique Used, primer ejecutivo de Amper.

Los tres nuevos fichajes tienen la consideración de independientes, aunque la trayectoria de todos ellos ha estado muy vinculada a Telefónica o a su presidente. Pablo Isla ya fue consejero de la operadora en representación del Estado y regresa ahora gracias a la persona que lo catapultó a la presidencia de Altadis. Isla y Alierta trabajaron mano a mano en el pasado, uno como director general de Patrimonio y otro como presidente de Tabacalera, en la privatización de la compañía. Años después, el hoy presidente de Telefónica no tuvo ninguna duda en nombrarle su sucesor en Altadis cuando necesitó cubrir el hueco dejado por su marcha a la primera empresa del país.

Gonzalo Hinojosa también es un viejo conocido de Alierta, puesto que él le nombró consejero de Tabacalera en 1998 y juntos desarrollaron la deficitaria iniciativa empresarial de Viaplus. Y lo mismo puede decirse de Enrique Used, un histórico de Telefónica. Used es, en estos momentos, presidente de Amper, una compañía en la que la operadora conserva un 6,1% del capital, y consejero independiente de Terra.

La presidencia de Amper es el primer salto de Used fuera de Telefónica después de una larga carrera en la operadora en la que ha pasado por Telefónica Internacional, Móviles y TPI.

Dividendo

La remodelación del consejo fue, sin duda, la noticia central de una junta marcada por las críticas de los accionistas a la caída en Bolsa, las exigencias de dividendo y la intervención de ex trabajadores de Sintel. Alierta renovó la promesa hecha en jueves y se comprometió a estudiar en 2003 la posibilidad de restablecer el dividendo tras cuatro años de ausencia o poner en marcha un programa de recompra de acciones.

El presidente también intentó tranquilizar a los accionistas con el repaso a la salud financiera de la empresa y a las previsiones para el futuro. Telefónica es una de las pocas grandes operadoras europeas que ha cerrado 2001 con beneficios, a pesar de que la caída del resultado neto fue la mayor en nueve años. De aquí en adelante, Alierta hizo hincapié en un crecimiento rentable, basado en adquisiciones selectivas y prudentes, así como en la apuesta por las nuevas tecnologías. El único nubarrón en este campo procede de Argentina.

Tanto el presidente como el consejero delegado, Fernando Abril, reafirmaron su compromiso con el país austral y aseguraron que están allí para quedarse. Pero no pudieron dejar de reconocer que la crisis hará mella en los resultados del primer trimestre.

La junta se cerró con una reelección que tampoco fue sorpresa. Andersen seguirá siendo auditor de Telefónica después de que el anuncio de integración con Deloitte & Touche eliminara todas las suspicacias sobre ella.

Promesas de crecimiento rentable y en nuevas tecnologías

 

 

Crecimiento rentable, prudente, geográficamente diversificado, centrado en los clientes y potenciado por las nuevas tecnologías. æpermil;stas son las cinco máximas que regirán el futuro de Telefónica y que fueron explicadas ayer a los accionistas por el presidente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

César Alierta tiene claro que quiere crecer, pero que lo hará sin poner en riesgo la salud financiera de la operadora. Para ello, toda adquisición será prudente, con retorno del capital invertido y aporte inmediato de clientes, y se primará el crecimiento orgánico, a través del número de usuarios, del mayor uso de los productos ya existentes y del desarrollo de nuevos servicios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Este último aspecto es una de las grandes apuestas de Alierta, que prometió que el 20% del ingreso medio por cliente procederá de los nuevos servicios en 2005. Y esta será una apuesta rentable. Alierta destacó en reiteradas ocasiones la creación de la nueva unidad de contenidos de la compañía, presidida por Kim Faura, y constituida 'alrededor del núcleo fundamental de Endemol', que potenciará la presencia de Telefónica en banda ancha y 'será, en muchos casos, el catalizador de la mejora de los resultados'. Porque si las compras tienen que aportar rentabilidad, también lo tienen que hacer todas y cada una de las líneas de negocio, aseguró Alierta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En este campo de crecimiento, la internacionalización también juega un importante papel. Alierta lució con orgullo la diversificación geográfica de la compañía, superior a la media del sector. Telefónica generó el 43% de su Ebitda (flujo de caja operativo) de 2001 fuera de España, frente al máximo del 20% del resto de las principales operadoras del mundo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una parte de este desarrollo, sin embargo, está en el punto de mira de los inversores. Se trata de la apuesta europea por el UMTS, un negocio en el que, según Fernando Abril, Telefónica mantiene 'las opciones abiertas'.

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